Un castillo mucho más corto pero más intenso que en años anteriores despidió las Populares

Hasta ahora conocíamos los Fuegos Artificiales que “bailan” al ritmo de la música de los espectáculos piromusicales, pero el castillo con el que Torrejón cerraba sus Fiestas Populares anoche innovó en ese aspecto, pues los fuegos no bailaban al ritmo de la música, sino que hacían su propia música.

Así el castillo consiguió mantener una cadencia rítmica en las explosiones durante los ocho minutos que tardó Ricasa en quemar la pólvora, algo que, además, coincidió con el momento en que el Movistar Inter levantaba la copa que le convertía en pentacampeón de Liga.

Pero volviendo a los fuegos, el castillo que cerraba las Fiestas de Torrejón fue mucho más corto que en años anteriores pero más intenso, pues, en lugar de ir “in crescendo” hasta la traca final, mantuvo un alto ritmo de explosiones durante todo el espectáculo hasta llegar a una traca final que tiñó de blanco el cielo de Torrejón.

De tal forma, a eso de las doce de la noche, y tras terminar un concierto de Sweet California que no logró llenar la mitad del Recinto de Conciertos, comenzaba la torrejonera “Nit del Foc”, un nombre que no se le había dado desde el polémico castillo de 2009 que llenó de cenizas y cascotes a los que estaban en el Recinto Ferial, y que, según la oposición, costó 150.000 euros.

Esta vez los fuegos se lanzaron desde un sitio mucho más lejano, por lo que, salvo los tradicionales conatos de incendio que provocan todos los espectáculos pirotécnicos, no hubo que lamentar daños entre los espectadores que se acercaron al Ferial para ver el final de las Fiestas de Torrejón 2018.