Fue el comienzo de la intoxicación del aceite de colza

El próximo día 1 de mayo se conmemora el 42 aniversario del Síndrome del Aceite Tóxico, la mayor tragedia alimentaria de España, una de las mayores catástrofes sanitarias de nuestro país. En 1981, miles de personas en toda España resultaron envenenadas por el consumo de aceite de colza desnaturalizado con anilinas, estas se añadían al aceite de colza, con la autorización del Gobierno, para que así su uso solo fuese industrial y de esta manera proteger el aceite de oliva español del aceite de colza que se importaba por miles de litros desde Francia, miles de litros que nadie controló pese a tener que pasar en aquellos años por los controles fronterizos y que algunos industriales sin escrúpulos aprovecharon para desviarlo al consumo humano.

Como el Parque Nacional de Doñana llevamos 42 años sin los cuidados adecuados, es indigno el olvido de la sociedad y las instituciones públicas. Qué triste otro aniversario de la mayor tragedia alimentaria ocurrida en España sin nadie que nos acompañe. No son suficientes 6.000 muertos y 30.000 víctimas, para que esta sociedad junto a los poderes públicos proporcionen el lugar de dignidad que merecemos. 42 años después parece que nada ha ocurrido, este delito con lesiones causo enfermedades crónicas con más de 100 patologías, dolor crónico, una enfermedad única en España, discapacidades, incapacidades permanentes y dependencia. A pesar de que han pasado más de cuatro décadas, muchas víctimas siguen luchando por justicia y el reconocimiento de su sufrimiento y el de sus familias. La sociedad debe mucho a las víctimas del Síndrome del Aceite Tóxico.

Empezando por la sanidad, se acometió un gran cambio por la grave situación que provoco este envenenamiento, se crearon las primeras unidades de rehabilitación, los centros de atención primaria en las ciudades y pueblos, las unidades específicas en los hospitales, todo para atender a las víctimas del Síndrome del Aceite Tóxico, sin duda esta grave tragedia junto al sufrimiento de miles de familias fue un gran reto sanitario que impulso la sanidad de la que hoy tan orgullosos estamos. España y toda Europa tomo nota de lo sucedido, comenzaron los controles sanitarios sobre los alimentos y en España se empezó a legislar sobre el control y vigilancia de los mismos. También algunas medidas sociales a las que hoy día tienen derecho todos los ciudadanos han sido copiadas de las que se demandaron desde las distintas asociaciones de víctimas y se aprobaron con carácter de urgencia por la grave situación de las familias afectadas por el Síndrome del Aceite Tóxico. Todos estos avances para la sociedad aparecieron después de esta grave tragedia alimentaria.

Como suele ocurrir siempre en este país, no se toman medidas hasta que ocurren tragedias de este tipo, la prevención es la mejor medida, no olvidarnos y acompañarnos, sería la mejor prevención para que algo así no vuelva a producirse. Perder la salud, es perder la libertad. El dolor te quita la felicidad.

Estamos en plena campaña electoral, pero no queremos más promesas electorales, queremos un nuevo Decreto Ley donde se brinde una asistencia sanitaria integral en un CSUR, donde además se investiguen nuestras patologías, que se nos financien los tratamientos que mejoran nuestra calidad de vida y autonomía, que son necesarios por las secuelas de nuestro envenenamiento, un Decreto Ley donde se proteja de una vez, a las víctimas más afectadas, con incapacidades permanentes, que nunca han podido acceder al mercado laboral por las graves secuelas de por vida provocadas por el Síndrome del Aceite Tóxico, con una pensión, no con subsidios aprobados en 1981, donde se proteja a los cuidadores de los grandes dependientes del Síndrome del Aceite Tóxico.

Nuestro colectivo como otros tantos de este país también necesita avanzar y dejar de sobrevivir con la legislación aprobada de manera urgente hace más de 40 años. Como víctimas del propio Estado, queremos y merecemos el mismo trato que otros colectivos de víctimas de este país, del que nuestro Estado se preocupa y ocupa por principio de solidaridad. Desgraciadamente, el Síndrome del Aceite Tóxico, pese a ser el causante de la creación de los CSUR para una atención igualatoria entre todas las víctimas repartidas por todo el territorio español, donde se recibe una atención integral, se investiga y se forma a nuevos profesionales, a día de hoy donde se encuentran CSUR repartidos por todo el territorio nacional, no existe ninguno para el Síndrome del Aceite Tóxico.

El Síndrome del Aceite Tóxico, es un recordatorio triste, pero importante de la necesidad de garantizar la seguridad alimentaria y de proteger a los consumidores de los riesgos sanitarios.

Desde esta Agrupación queremos recordar tanto al Presidente del Gobierno, como al Consejo de Ministros, que de nada servirá la carta de apoyo del propio Presidente, reconociendo la situación de las víctimas 42 años después y donde nos transmite que se nos acompañara para darnos el lugar de dignidad que merecemos, ni la Declaración Institucional del Consejo de Ministros donde por fin se nos reconoce como víctimas por este delito con lesiones, de nada servirá si no se nos recibe y escucha por los distintos Ministerios y Consejerías que tienen competencias sobre el Síndrome del Aceite Tóxico.

En este 42 aniversario queremos recordar, especialmente, a todos los niños, niñas y adolescentes que, pese a su lucha por recuperarse, fallecieron sin la más mínima oportunidad de sobrevivir por las graves consecuencias que tuvo este envenenamiento en su salud. Todo nuestro agradecimiento a los medios de comunicación, que nos acompañan, dando visibilidad a esta grave tragedia que nunca debió ocurrir y sus graves consecuencias.