Los más pequeños de la Hermandad de la Vera Cruz realizaron una corta procesión hasta la cruz de piedra de la fachada de la iglesia

Habían anunciado una procesión indoor y una reinvención total de la Fiesta de la Cruz de Mayo, pero pocos podían imaginar lo que realmente iba a ocurrir en la iglesia de la Plaza en pleno Día de la Madre. Y es que, por aquello de que la misa de las 11:30 h en la San Juan Evangelista está dedicada a los niños, la Hermandad de la Vera Cruz decidió que sus minicostaleros fueran los protagonistas de la mañana.

Así, ante un público formado por los niños de catequesis que en muy pocos días tomarán la Primera Comunión, los hermanos más jóvenes de la Hermandad, vestidos con el hábito de gala, tomaban las andas en las que se erigía una Cruz de Mayo decorada con flores rojas y blancas.

Tras dar una vuelta al interior de la iglesia, los anderos se situaban ante el Altar Mayor para iniciar un último trayecto por la nave central durante el cual los fieles iban dejando flores sobre las andas para "decorar" simbólicamente la Cruz de Mayo.

Lentamente la mini-procesión fue llegando hasta las puertas de la iglesia, y, tras atravesarlas los anderos situaron el paso frente a la Cruz de piedra de la fachada de la San Juan Evangelista, donde el párroco la bendijo para cerrar una celebración totalmente reinventada y con un enorme potencial de crecimiento.