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22
Dic
2018
El Gordo de Navidad ha visitado la Zona Este en cuatro ocasiones PDF Imprimir E-mail
Zona Este - Noticias Zona Este
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Foto cedida por Parque CorredorAranjuez 1970, Torrejón 1988, Alcalá 2012 y Torrejón 2017

Desde primera hora de esta mañana uno de los sonidos inconfundibles de la Navidad comenzará a sonar en los televisores de toda España, pues hoy, 22 de diciembre, se celebra el tradicional Sorteo Extraordinario de Loteria Nacional, un Gordo que este año, al igual que el anterior, repartirá 2.240 millones de euros, de los que cuatro millones corresponderán al premio mayor.

Eso sí, este Gordo será un poco más Gordo, pues el Congreso de los Diputados decidía, hace unas semanas, cargarse la polémica decisión de Montoro de llevarse el 20% de los premios superiores a 2.500 euros. En concreto, en este sorteo estarán exentos de tributación los premios superiores a 10.000 euros, cifra que crecerá hasta los 20.000 dentro de un año, y hasta los 40.000 euros en 2020.

Así el Gordo repartirá 680 millones de euros, 400.000 euros al décimo, que seguirá costando 20 euros. El segundo premio ascenderá a 1,25 millones de euros por serie y el tercero es de 500.000 euros por serie. Habrá dos cuartos premios de 200.000 euros y ocho quintos de 60.000 euros.

Este Sorteo Extraordinario de Navidad, se celebrará en el Teatro Real de Madrid, situado en la Plaza de Isabel II s/n, y es el más importante y popular de todos los Sorteos de Lotería. Los orígenes del Sorteo de Navidad se situán en el celebrado el día 18 de diciembre de 1812, más por el entusiasmo, sentir popular y proximidad a esas fechas que por la denominación en sí mismo .

Este sistema, denominado Tradicional, consta de un bombo para números y otro para premios, tiene una duración aproximada de tres horas y media, y participan 170 series de 100.000 billetes. El precio del número completo es de 36.000 euros, y cada billete cuesta 200 euros, dividido en décimos de 20 euros.

El Sorteo de Navidad es el más relevante del año para Loterías, suponiendo un 30,9% de la facturación anual de la Sociedad Estatal. Este año el Sorteo Extraordinario de Navidad, que se celebrará el 22 de diciembre, ha puesto a la venta un total de 170 millones de décimos. Por lo tanto, la emisión es de 3.400 millones de euros, y  se reparte el 70% en premios. Es decir, que el Sorteo Extraordinario de Navidad repartirá este año 2.380 millones de euros en premios.

El premio más esperado, el Gordo, repartirá un total de 680 millones de euros. El segundo premio repartirá 212.500.000 euros. Y el tercero un total de 85 millones de euros. Durante el acto de presentación del sorteo, el presidente de Loterías subrayó que este Sorteo es una tradición que “perdura desde 1812” y destacó que “Loterías siempre toca: por sus premios, por su aportación a los fondos públicos y por su compromiso con la sociedad. Una responsabilidad que se materializa a través de las diferentes causas sociales, culturales o deportivas con las que Loterías colabora cada ejercicio”.

La viñeta del décimo de este año corresponde a una imagen navideña con el siguiente texto: "NAVIDAD". Virgen con el Niño. Tabla central del Retablo de la Vida de la Virgen y de San Francisco. Museo Nacional del Prado. Madrid. El día 21 de diciembre se hace, públicamente, el examen y recuento de las bolas de los números y premios que se han de utilizar para efectuar el Sorteo de Navidad. El salón se abre a las 8:00 horas del día 22 de diciembre, permitiéndose la entrada a los espectadores sin más limitación que la del aforo del salón.

A las 8:30 horas se constituye la mesa que preside y autoriza el comienzo del sorteo. Posteriormente, las bolas, previa autorización del presidente, podrán ser comprobadas por los asistentes que lo soliciten. Seguidamente las bolas son transportadas mecánicamente en la tolva, donde han sido depositadas previamente, hasta el bombo.

Esta operación se efectúa tanto con las bolas de números como con las de premios. Por último, los bombos son cerrados y a una señal del presidente se voltean simultáneamente. Un niño/a de San Ildefonso extrae una bola del bombo de números y otro niño/a, a la vez, otra del de premios, siendo cantadas ambas por otros dos niños/as, quienes insertan las bolas en los alambres de la tabla dispuestos al efecto.

Estos alambres se agrupan en una «Tabla» hasta contener doscientas bolas de cada clase, siendo cerradas debidamente delante de la mesa de la presidencia con la conformidad del presidente y del interventor. El Sorteo de Navidad concluye cuando en el bombo de premios no queda ninguna bola.

Un equipo de más de cuarenta personas hace posible la obtención de la lista de premios del sorteo y de las poblaciones agraciadas mediante un proceso informático controlado en todos sus extremos.

De esta forma, aproximadamente a los cuarenta y cinco minutos de terminado el sorteo, y una vez comprobado, se envía el fichero de números y premios a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, encargada de imprimir la lista oficial. Dicha lista se edita y distribuye la misma tarde del día 22 a los Puntos de Venta de la Red Comercial de Loterías y a los Medios de Comunicación,y podrán cobrarse desde las seis de la tarde del mismo día, en lugar del día siguiente como ocurría hasta ahora.

Las tablas de los números premiados quedan expuestas siete días al público en la sede de Loterías. Transcurrido este tiempo son abiertas y las bolas contadas y examinadas nuevamente, para cualquier otro sorteo posterior a celebrar por este sistema.

Para algunos la suerte depende de la superstición, por ello, a través de creencias, rituales o amuletos intentan atraerla. Estas son algunas curiosas supersticiones, creencias, rituales o amuletos a la hora de participar en las loterías. manías, talismanes o hechos más supersticiosos a la hora de participar en las Loterías:

¿Qué supersticioso no ha tenido recelo de un gato negro? Pues en el caso de la lotería, pasar el décimo o los boletos por el lomo de un gato negro puede dar buena suerte, según algunos supersticiosos. Como también parece surtir suerte el pasar el décimo por el vientre de una embarazada o la espalda de un jorobado. Pero no sólo eso, hay quien cree que encendiendo velas de distintos colores como blancas, doradas, etc., atraerá a la buena suerte.

Muchas de esas cábalas se relacionan con el momento de adquirir los décimos o boletos. Desde entrar con el pie izquierdo en la administración donde se adquirirá; pasando por los que vienen por la izquierda del establecimiento los días impares y por la derecha los días pares; hasta los que quieren que su lotero les dé el décimo con la mano derecha.

Los amantes de las ciencias místicas o la brujería creen que todas las personas tienen unos números personales para probar suerte en las loterías. Un elemento de superstición muy curioso está relacionado con los ‘Números del Destino Personal’. Esta creencia en la numerología cree que se una persona suma las cifras de la fecha de su nacimiento obtendrá su número propicio para la suerte. (Por ejemplo. Una persona que nació el 1 del 1 de 1971, sumando las cifras: 1+1+1+9+7+1=20 -> 2+0=2 -> el 2 sería el número que esa persona utilizaría para buscar la suerte).

Pero a muchos no les basta con ese número. Por eso, creen que a la hora de jugar las fechas relevantes en sus vidas (cumpleaños, boda, etc.) pueden darles suerte. También las fechas históricas son relevantes para los supersticiosos que creen que el azar se relaciona directamente con la historia. E incluso hay quien va más allá y cree que en los sueños pueden encontrar los números que les den la clave de una combinación ganadora.

Entre algunas de las supersticiones más extendidas están las de llevar encima un talismán cuando se prueba suerte. Desde la clásica medalla personal, pasando por un palito de madera hasta llegar al típico trébol de cuatro hojas guardado en la cartera. O incluso un par de hojas de laurel y muérdago, que deberían cambiarse cuando pierdan el color, porque perderían su valor de buena suerte. También son muy conocidas las patas de conejo o las herraduras. Y qué decir de las famosas estampitas de los santos que tan buena suerte traen a algunos. Muy curiosa es la tradición supersticiosa que cree que quien lleva un par de dados cuando participa en juegos de azar aumenta su probabilidad de obtener buen resultado, ya que es un símbolo de buena suerte. Es más, hay quien también los usa para seleccionar los números de sus apuestas.

Y en cuanto a talismanes, los metales también son utilizados por algunas personas cuando van a participar en loterías o apuestas. Así se cree que para comprar lotería hay que llevar encima un elemento de estaño; para jugar a apuestas hípicas, el cobre; y para las apuestas deportivas, la plata.



Y en lo que respecta a la Zona Este, la región busca sumar su quinto premio Gordo, tras los que regaron de millones Aranjuez en 1970, Torrejón en 1988, Alcalá en 2012, y Torrejón el año pasado. La historia de El Gordo en la Zona Este, así, comenzaba en el año 1970, cuando el 19.381 repartió 375 millones de pesetas. Según contaban los periódicos de la época, la mayor parte de las cinco series del premio que se repartieron en la localidad ribereña fueron a parar a los obreros de un taller mecánico, Imar, que se llevaron unos 150 millones, y al cuartel de la Guardia Civil, que repartió participaciones del número de la suerte.

18 años después la Fortuna volvía a la Zona Este, y lo hacía visitando Torrejón. El 21.583 dejaba veinte series de un Gordo de 250 millones de pesetas en la localidad. En total, se quedaron en Torrejón unos cinco mil millones de pesetas.

El número premiado con la suerte se vendió en la Administración número 2, situada en la Galería Comercial del Parque Orbasa; y desde allí se repartió por toda la localidad. Una carnicería, propiedad de Armando Mantecón, se encargó de repartir tres mil participaciones de cien pesetas de la época; participaciones que se llevarían un millon de pesetas cada una. En total, la carnicería repartió doce series del gordo, y un premio de, aproximadamente, cuatro mil millones de pesetas. El carnicero, que se quedó con cien millones de pesetas, nada mas enterarse de la noticia comenzó a repartir el género entre los clientes.

Además del Parque Orbasa, la suerte también llegó de las manos de otros niños, los que acudían al Colegio Miguel de Cervantes, que repartieron otras ocho series del número premiado. En total, Torrejón se quedó con cinco mil millones de pesetas, unos treinta millones de euros de hace veinte años, una cantidad nada despreciable si tenemos en cuenta que los pisos, por ejemplo, costaban unas 250.000 pesetas.

La siguiente visita de El Gordo a la Zona Este se producía hace seis años, cuando el 76.085 llevaba la suerte a Alcalá. La Administración número 12 de El Chorrillo vendía 130 series, en total, unos 520 millones de euros, a los que hay que sumar aproximaciones y reintegros, hasta un total de 565 millones de euros.

Lluvia de millones muy repartida, ya que, entre otros, la suerte llegó de las participaciones de la empresa Cametal y de la Peña El Desbarajuste de la localidad. Cametal, empresa de carrocerías en concurso de acreedores y con 25 empleados que no cobraban desde hacía cinco meses, se llevaba un buen pellizco del Gordo navideño. También la Peña El Desbarajuste se encargó de repartir la suerte por toda la localidad en aquel sorteo de 2012.

Y en 2017, el año pasado, la suerte volvió a acordarse de Torrejón, y además, con conexiones con el Gordo de 1988. En concreto de Parque Corredor, donde la Administración situada junto a los cines y el Jorge Garbajosa repartía una serie del 71.198 premiada con cuatro millones de euros en el año en que cumplían quince dentro del Centro Comercial.

Quince dentro de Parque Corredor, pero mucho más en la localidad, ya que los loteros son hijos de aquellos que vendieron el Gordo de Navidad casi treinta años antes. Así, explicaba Julio García, la Administración de sus padres en el Mercado de Orbasa era la encargada, un 22 de diciembre de 1988, de repartir cinco mil millones de pesetas, el premio de las veinte series del 21.583, que repartía la suerte entre los vecinos del barrio.

Tras ser tocados por la varita, los padres de Julio decidían cambiar su “sede” trasladando la Administración al recién inaugurado Parque Corredor, donde ocuparían un quiosco junto al multicines, dejando la otra Administración en manos de sus otros hijos. Tras jubilarse, la Administración pasaba a ser regentada por Julio.

Sin embargo, no es la única anécdota que dejan en Torrejón esos diez números del premio Gordo vendidos en la localidad. El único billete vendido a través de Internet le tocaba a Ana Belén, ayudante de cocina en una guardería, que escogió el número porque coincide con la fecha de nacimiento de su hija. Otro de los décimos, este en papel, viajaba hasta Daganzo, donde lo compraba la dueña de un conocido bar de la localidad. Elsa explicaba que iba a invertir los cuatrocientos mil euros en su boda y en viajar a su República Dominicana natal.

 

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