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08 Abr 2023 |
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El sobrecogedor Santo Entierro puso fin a una jornada que abría la Agonía en la “madrugá” alcalaínaEl Viernes Santo en Alcalá es un día para no dormir, pues durante casi doce horas las calles se llenan con las imágenes más representativas de la Semana de Pasión. Así cuatro desfiles procesionales recorren las calles complutenses desde primerísima hora de la mañana hasta altas horas de la madrugada: la Agonía, la Soledad, el Medinaceli y el Santo Entierro son protagonistas de una jornada en la que Alcalá no entra en casa. Y como ejemplo, lo ocurrido en la tarde de este viernes. La salida de la Virgen de la Soledad y el recorrido de la segunda procesión del Medinaceli abarrotaron las calles complutenses en una imagen que no se veía desde hace cinco años. Pero el Viernes Santo de Alcalá comenzaba mucho antes. A eso de las seis de la mañana, en plena "madrugá", las calles de la ciudad recibían la procesión del Cristo de la Agonía, que recorría las calles del casco histórico para ver amanecer entre sus edificios, y lo hacía estrenando recorrido que les llevaba hasta las puertas de la Catedral. Por la tarde, la Virgen de la Soledad reinaba en las calles como gran protagonista de la procesión en que también desfila el Sagrado Descendimiento La reina de Alcalá protagonizaba, con sus costaleros, la procesión más andaluza de la Semana Santa Complutense, que terminaba justo antes de la salida del Santo Entierro. Pero antes la Patrona de Alcalá compartía la tarde con el Medinaceli, que celebraba su procesión Trinitaria, la segunda de la Semana Santa Complutense, y que volvió a llenar de "esclavos" las calles de la ciudad. A eso de las once de la noche, el tono cambió, pues las puertas de la Catedral se abrían para dejar salir la procesión más sobrecogedora del Viernes Santo de Alcalá. Tras realizar el Juramento de Silencio en plena lonja, los cofrades del Santo Entierro iniciaban un largo viaje por las calles de Alcalá. Un viaje a oscuras y en silencio, en el que sólo estaban acompañados por el sonido de la campana y los tambores, y que terminaba a altas horas de la madrugada para cerrar por todo lo alto los días de pasión de la Semana Santa Complutense. |