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Gran Hermano anuncia cambio de día para escapar de Águila RojaYa tenemos nominados para esta semana, y, una vez más, no creo que le interesen a nadie, lo que es un problema teniendo en cuenta que son seis. Saray, Iván, Nacho, o Yessi abandonarán la casa la semana que viene (también están en la lista Desi y Argi, pero ni es probable ni casi posible que salgan). Así, Gran Hermano se enfrentará con Águila Roja sin armas, debilitado, y, probablemente, con una importante bajada de audiencia frente a la final de Splash (dentro de un rato lo sabremos). Y es que si algo ha dejado claro la gala es que el programa tiene Miriamdependencia. Hoy han intentado vivir de otras historias, y el programa se ha resentido considerablemente: ni los Pelochos, ni Susana y los Gemelos, ni, por supuesto, Saray e Iván (y mucho menos después de lo ocurrido el sábado), interesan lo más mínimo al común de la audiencia. El programa ha perdido su segundo revulsivo (el primero fue Dani), y, como ya es habitual en esta edición, no ha sabido reponerse. El problema está en que esta nueva crisis va a estallar justo en el peor momento: con un auténtico transatlántico (un saludo, Miriam) enfrente. Gran Hermano llega muy tocado al gran enfrentamiento, y lo hace así porque ha quemado todas sus naves en la guerra de guerrillas con Tu Cara me Suena, primero, y con Splash después. Ahora llega a la auténtica guerra con un ejército debilitado y hambriento (justo como los concursantes), y sin ninguna posibilidad de salir con vida. Así que, ante semejante disparidad de fuerzas, tiran del refranero: “Soldado que huye sirve para otra batalla”, y eligen escapar de un lunes que se va a poner imposible (hay que decir que eso es más que otra cosa un deseo de la productora. Telecinco no ha confirmado ningún cambio de día, y sabe que poner a Mota el lunes es un suicidio total, sobre todo porque Gran Hermano, en otras circunstancias, ha demostrado que le viene bien el arrastre de las grandes ficciones nacionales). Así las cosas, esta Choni pitonisa augura que, dentro de muy poco tiempo, Gran Hermano estrenará doble gala semanal (aunque una sea la Gala y otra el debate), para desalojar esa casa en la que sigue habiendo doce personas a pesar de que queda poco más de un mes de concurso (la repesca es más una obligación de guión, ya que la casa es una auténtico cementerio salvo cuando aparece el alcohol, que una necesidad de producción, porque hay concursantes para duplicar la duración del programa). Y precisamente ese empeño en quemar las naves es lo que ha hecho que esta repesca carezca del interés de otras. Si en Gran Hermano 11 la entrada de Carol sirvió para dejarnos el Indhirazo, o en Gran Hermano 13 el retorno de María potenció una trama inconclusa, en esta ocasión los protagonistas de todas las tramas abiertas ya están en la calle. Lorena interesaba por su enfrentamiento con Iván y Juan Carlos, pero ambos están fuera; Noe, para enfrentarse a sus múltiples víctimas, pero todas están fuera; y Miriam, para reencontrarse con Igor, pero también está fuera. De tal forma, lo único que se puede intentar es meter perfiles potentes (Lorena, Leti) que choquen con los que ahora ocupan la casa (Nacho, Gemelos, Desi) volviendo a empezar de cero la convivencia, ya que la decisión de que todos los concursantes fueran entrando de forma escalonada ha dinamitado las tramas en continuidad (otro acierto del equipo de guionistas). Si el año pasado la dinámica de +1 funcionó fue porque conforme entraban iban saliendo, dejando que las tramas de los verdaderos protagonistas fueran fluyendo sin ser cortadas por la audiencia, pero en esta ocasión ha sido justo al revés: los nuevos han invadido la casa con historias que no interesan a nadie y sacando del juego a los que dieron vida al concurso en los primeros días. Y con semejante panorama, Álvaro Vargas por fin entró en la casa, rodeado de guardaespaldas y en una limusina rosa (luego hablan de estereotipos). Eso sí, esta vez entró por la puerta para evitar sustos, y con el maletín de los 300.000 euros en las manos (por cierto, le sacaron poco jugo al asunto). Puedo contaros sobre los primeros minutos de Álvaro en la casa que ya ha hecho muy buenas migas con Desi, con la que tuvo una interesantísima conversación sobre cuartos oscuros y lugares de cruising (a Reig Pla le va a dar un vahído) que dejó anonadados a los gemelos. Más cosas, Mercedes Milá boicoteó su propio programa prohibiendo a Miriam e Igor que hablasen de la relación/ montaje que tienen en común con Ainara y Mike (vuelvo a insistir, la única trama que ha interesado mínimamente a la audiencia) que, si bien ya había dado síntomas de agotamiento, hubiera servido para llenar unos cuantos minutos, y ahorrarnos de paso vídeos soporíferos ya emitidos. En su lugar, la Milá optó por contarnos una relación mucho más sincera: Noemí Merino y Pepe Herrero, a los que, según la presentadora, pilló un taxista muy acaramelados. Noe lo negó, pero ya veremos si hace lo mismo en un Deluxe (de Pepe poco hay que comentar. El líder del Nominator cayó en desgracia de la cadena después de contar una historia de un jardinero, y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de él). Dani Santos, otro ex concursante, fue el único que se atrevió a poner cordura en la gala, convirtiéndose en la voz del pueblo, y afirmando: “Me aburren estos concursantes”. Por supuesto la Milá montó en cólera, pero si comienza a haber brechas en la línea de flotación (el encendido ataque del Senador en Twitter contra la producción del pasado viernes es una buena muestra de ello), es porque algo está pasando, y no es bueno para la continuidad del formato. Con unos contenidos tan interesantes, Merche tuvo que intentar levantar al programa practicando el deporte nacional: criticar a Rajoy, del que dijo que “estamos hartos de que nos mientan para ganar elecciones”. La soflama de la Milá consiguió, por primera y única vez en toda la noche, levantar un gran aplauso del público; pero el plato fuerte estaba por llegar. Aunque nadie se diera cuenta de ello, el homenaje a la historia del programa continuó con una invasión de gallinas como aquella que sirvió para cerrar la casa en la primera edición (que acaba de cumplir trece años). La razón tener una excusa para dar de comer a los concursantes, que ayer tuvieron que compartir la comida de los redactores para no morir de inanición. La prueba, muy sencilla: atrapar gallinas para cambiarlas por pollos asados, y el juego dejó la imagen de la noche: Desi arrinconando a una gallina y tirándole una manta encima de la que el ave consiguió escapar sin dificultad. Con la perspectiva de comer, los concursantes se prepararon para unas nominaciones “sorprendentes y nunca vistas en esta edición”, frase críptica de la nota de prensa del viernes que escondía nominaciones en positivo (sinceramente, ¿hasta cuando van a seguir riéndose de la audiencia, que, en último término, es la que mantiene vivo el formato?), unas nominaciones en las que el más votado fue Kristian (estoy seguro de que no tiene nada que ver esa conversación censurada del domingo por la tarde en que apareció mentada la redactora de Argi), y que dejó seis nominados. De estas nominaciones destaco las razones que daba Argi para salvar a Kristian: “lo meto en la final, porque se que va a ganar esto” (¿Argi Potes tiene poderes paranormales, ve el futuro, o es un simple desideratum?).
Nominaciones Gemelos Iván Susana Kristian Sonia Raki Sonia Raki Kristian Susana Argi Gemelos Raki Sonia Kristian Desi Kristian Raki Argi Susana Kristian Saray Yessica Kristian Iván Gemelos Kristian Yessica Saray Raki Nacho Kristian Sonia
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