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25 May 2013 |
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El programa hace su mínimo de temporada frente al gran final de CuéntameEl share social lo auguraba, y la medición de audiencias lo confirmaba en la mañana de ayer: la Gala del jueves fue vapuleada inmisericordemente por el final de temporada de Cuéntame que subió cuatro puntos de share anotando el máximo de la temporada. Por el contrario Gran Hermano perdió dos puntos y medio clavando el 17, lo que convierte esta gala en la menos vista de toda la edición. Tan sólo 2.200.000 espectadores (aproximadamente lo que hacen los debates) vieron el programa. Pero los datos son aún peores por franjas: en periodo de coincidencia, Gran Hermano es tercera opción, por detrás de Cuéntame y Chicote, promediando un 10%, y su previo sacó menos audiencia que El Hormiguero y El Intermedio. Por suerte esto se acaba dentro de tres semanas, y eso significará que más no va a caer (esperemos), pero la trayectoria es muy preocupante para el programa (y, no lo olvidemos, para que la cadena gane el mes, ya que le ha “regalado” al programa tres noches de la semana). Precisamente por esto es por lo que Telecinco ha decidido ponerse las pilas, por fin, y dedicar un debate al reallity en sus programas diarios y en el Deluxe, una idea que hubiera sido genial en los primeros días, pero que ahora solo servirá para quemar aún más el formato, y para que el público huya en desbandada de un programa que, ya lo ha demostrado, no le interesa lo más mínimo tras la salida de Miriam e Igor. Tal vez por este futuro incierto (si Telecinco pierde el mes le echará la culpa a Gran Hermano, teniendo la excusa perfecta para cancelarlo, máxime cuando este fin de semana Antena 3 tiene Fórmula Uno), el programa no ha hecho pública la tradicional nota de prensa con el avance de la gala del lunes, una gala que, todo apunta, se improvisará sobre la marcha, y en la que sólo hay un elemento claro: la expulsión de Sonia. Precisamente este asunto era el centro de la información en las redes sociales (como siempre os digo, lo que ocurre fuera es mucho más interesante que lo que ocurre en la casa, y eso que esta vez sí han pasado cosas). Para empezar anoche comenzaba a circular la estadística para demostrar que Sonia tiene su futuro escrito desde antes de entrar, ya que se enfrentará a la maldición del quince: las canarias que participaron en las dos últimas ediciones salieron en la nominación número quince, que es precisamente la que se cumplía el jueves. Tanto Terry, en el 12, como Noemí, en el 13, salían de la casa tras ser nominadas en la 15ª nominación, y Sonia no podrá romper esa maldición, según las encuestas. Y es que las supersticiones están a la orden del día, y dentro también tienen las suyas: Saray desafiaba a su suerte utilizando en la última noche la llamada “cama lanzadera”, conocida porque todo el que se tumba en ella sale disparado de la casa. La madrileña quiso tentar a la suerte, y la suerte, o la audiencia, decidió sacarla (aunque más bien sea por tentar a Carlos). Saray fue una de las protagonistas de su última jornada, ya que cerró su trama con Juan Carlos dejando la puerta abierta a un spin off: le decía al chico, antes de salir, que no le importaría tener algo con él, ante lo que el madrileño se dejó querer. Seguimos en el exterior, donde la campaña de expulsión se recrudece por momentos: las hordas wallistas han decidido quemar Twitter, y los teléfonos, para salvar a Sonia, y lo hacían lideradas por los Walls, que no tenían reparos en pedir “lluvias de votos” cada media hora. Eso sí, la familia podría tener problemas si el anuncio de Belén Rodríguez a través de Twitter se lleva a efecto. La colaboradora del debate anunciaba que había denunciado a los Walls por la polémica foto de la hiena. Eso sí, a los Walls les ha salido una sorprendente aliada totalmente inesperada: Lorena anunciaba, a través de su Twitter, que sorteará una manicura en su tienda si Igor es expulsado el lunes. El método, rudimentario, pero eficaz: la valenciana pide que todo el que vote haga un pantallazo de su voto y lo suba a la red, para hacer el sorteo entre los participantes. Y tras repasar el exterior entramos en la casa, donde parece que los Walls han encontrado una nueva forma de comunicarse con Sonia. Tras cortar el cauce de comunicación del código de ropa, de las dedicatorias cifradas en la radio, y de los mensajes con megáfono del “cabrero”, ahora la cosa roza lo paranormal: Sonia explicaba a sus compañeros que había soñado que quedaban 19 días de concurso (espectacular Sonia, porque, efectivamente ayer quedaban 20, uno menos en Canarias). Más sobre información misteriosa llegada a oídos de la doctora: el jueves hablaba de la que se había montado en Twitter por el tema Argi (la única explicación que se me ocurre para que lo sepa es que se enterase en su última visita al médico, hace un par de días). La propia Sonia hablaba de lo laxo que estaba siendo el programa con la filtración de información del exterior, filtraciones que, por supuesto, no pararon. A pesar del control sobre los megáfonos, ayer Sonia descubrió las verdaderas razones de su nominación, y la causante de ello fue Raki, que salió de la casa, en dirección al médico, tras sufrir un pequeño desvanecimiento en la clase de Zumba. La salida de Raki, y su reentrada transformaron por completo el ánimo y la actitud de la canaria, pero vamos por partes. Sonia, el jueves por la tarde, daba por hecho que saldría nominada como contraprestación por la cena con Kristian, Tanto es así que pasó el llamado “periodo de duelo” antes de producirse el deceso. La chica, resignada, sacaba lo bueno de todo lo vivido dentro de la casa, y aceptaba salir expulsada si el público no la quería dentro. Pero todo cambiaba tras escuchar las nominaciones. Las palabras de Milá fueron tergiversadas hasta lo indecible por una Raki que no paró de idear teorías sobre lo que realmente estaba ocurriendo: el público ha elegido un nominado (descartada rápidamente por Kristian); los que nominan son los visitantes centenarios; y, la que más fuerza cobró hasta que Raki se encargó de disipar las dudas: esta nominación no es para expulsar, sino para elegir al primer finalista. Esta hipótesis es la que triunfó, y la propia Sonia llegó a creérsela, sobre todo cuando Juan Carlos le dijo que eran gritos de ánimo los que escuchó en plató. Sin embargo la hipótesis más acertada la dio Igor: “el programa hace lo que quiere, y cuando firmas con ellos dejas que hagan lo que quieran contigo” (aplastante y rotundo el vasco). Las especulaciones continuaron durante toda la mañana, llegando incluso Kristian a comenzar a imaginar su vida sin ella (tampoco le costó mucho, la verdad, algo que le recriminó Sonia). El Pelocho siguió defendiendo que la nominación era para ser finalista, ante lo que Sonia, simplemente, callaba. Pero la vuelta de Raki lo cambiaba todo: Sonia, altiva, tras descubrir la jugada del programa, comenzaba a preparar la artillería: “no es justo que no haya igualdad de condiciones para todos”, afirmaba, anunciando el que, sin duda, será uno de los argumentos centrales de su encuentro con Mercedes Milá. Eso sí, ya por la noche pedía a sus fans que la salvasen, y se sinceraba con Desi confesándole que por su culpa dejaron de meter ropa a los concursantes. Al margen del efecto de la filtración en Sonia, hay que decir que la salida de Raki supone el último escollo para que se pierda el sentido del concurso: tan solo Susana ha permanecido íntegramente dentro de los muros de Guadalix desde que comenzó el juego. Absolutamente todos los demás han salido por Madrid, o bien han entrado con el concurso ya comenzado. Ni que decir tiene que una situación así nunca antes se había vivido en Gran Hermano, y supone la absoluta perversión del formato, como tantas otras cosas que han ocurrido en los últimos meses. Hoy termino con, probablemente, el asunto más interesante de los sucedidos ayer en la casa: Nacho comienza a alejarse del Grupo Pelocho y a acercarse al nuevo Clan Igor, una jugada estratégica que podría darle el maletín. El detonante de este cambio de grupo fue Kristian, y su puñalada trapera a un concursantes que, hasta ese momento, siempre había estado a su lado. Nacho se sintió profundamente traicionado por la nominación del Pelocho, y se mostró distante con él durante toda la noche. Tanto es así que Igor y Álvaro (las cabezas pensantes del grupo), hablaron de la posibilidad de tantearlo, algo que hicieron al día siguiente. El catalán no tuvo problema en despacharse a gusto contra el Pelocho, por cierto, utilizando como confidente a Sonia, y provocando otra pelea en la pareja. Nacho explicaba que es posible que este enfrentamiento le ponga en el candelero, pero que ya estaba harto de aguantar impertinencias. Como os decía el movimiento de Nacho puede darle el maletín, ya que tiene perfil típico de ganador del programa: no despierta odios en nadie, cae relativamente simpático, y es un poco mueble, al igual que ilustres ganadores como Ismael, Sabrina, Javito, Judith, Ángel o Pepe Flores. El único problema que tenía Nacho era su cercanía a los Pelochos, que podía costarle caro. Ahora, con Desi y Álvaro, podría tener relativamente fácil llegar a la final y ganarla, sobre todo si los Gemelos siguen alejando a Susana de la victoria cada día más.
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