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31
Oct
2023
Halloween 2023: El Diablo de la Puerta del Sol y los misteriosos habitantes de Hayedo de Montejo PDF Imprimir E-mail
Lente de Aumento - A Fondo
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Foto cedida por CAMLos lugares “mágicos” están cargados de leyendas

Hay lugares que, por su diseño, su configuración o su ubicación, son más propensos a que entorno a ellos se cree una mitología cargada de leyendas y misterios. Se trata de los lugares mágicos, y en la Zona Este hay uno muy especial.

Así, justo en la esquina norte de la Comunidad de Madrid, se ubica el llamado Hayedo de Montejo, declarado en 2017 Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO. Y no es para menos, pues su impresionante Bosque de Hayas, que va cambiando de color según la estación del año, lo convierte en uno de los espacios naturales más importantes de España.

Según los datos oficiales, en el Hayedo de Montejo hay robles, acebos, fresnos y hasta 833 especies de flora y 194 especies de fauna. Y es precisamente esta riqueza de vida la que origina la leyenda que le acompaña. Allá por el año 1460 los vecinos compran el monte llamado "El Chaparral" al conde de Sepúlveda, y hasta cinco siglos después dedican el bosque a pasto del ganado y huerta.

Tras la llegada de los humanos, cuenta la leyenda, los originarios habitantes del bosque, hadas elfos y duendes que vivían en armonía, idearon un plan para recuperar su bosque. Así decidieron que, cuando viesen un humano lo atraerían con sus cantos hasta llevarlos a los lugares más profundos de sus madrigueras, donde los convertirían en animales para ir poblando los alrededores. Y, como en casi todo, también aquí había graduaciones: los más válidos se transformaban en corzos, jabalíes, garzas o tejones; mientras que los insensatos se transformaban en pedruscos.

Tal vez para no ponerles las cosas fáciles a los habitantes del bosque, o quizás, para proteger un enclave natural único en el mundo, desde 1989 las visitas al Hayedo están reguladas. Así solamente una cantidad determinada de personas pueden visitarlo al día, y siempre acompañados de un guía, para asegurarse de salir del bosque y no quedar atrapado para siempre en el mágico espacio.

Y hablando de espacios mágicos, en pleno centro de Madrid hay uno conocido por todos. Lo que tal vez no se sepa es que, además de por el Gobierno de la Comunidad de Madrid, también lo habita el mismísimo Lucifer. En tiempos de Fernando VI Madrid comienza a rediseñarse, y uno de los elementos centrales de ese diseño será la Puerta del Sol, que será epicentro social, político y cultural de la destinada a ser Villa y Corte.

El proyecto comienza en 1756. cuando Ventura Rodríguez, arquitecto de la Corte, empieza a derribar las viviendas cercanas a la zona con la intención de construir un edificio para albergar el Servicio de Correos. Tras la llegada al trono de Carlos III, éste quita el proyecto a Ventura Rodríguez entregándoselo a un arquitecto francés, jacques Marquet, que, si bien mantiene el diseño original de Rodríguez, introduce cambios muy significativos en el modelo que asemejan el edificio a los diseños franceses.

Y aquí es donde comienza la leyenda, pues los obreros que se encargaban de construir la Real Casa de Correos recibieron la visita del mismísimo Belcebú, que les informó que ese diseño convertía la obra en "propiedad del Infierno". Aterrorizados, los trabajadores se negaron a volver a las obras, por lo que tuvo que intervenir la Santa Inquisición, que mandó a un exorcista, el padre López, para que eliminase los espíritus del espacio.

Y tal vez por la presencia del cura, o porque Satanás ya había decidido quedarse a vivir, las obras continuaron completando un edificio que, desde el primer día, no gustó nada a los madrileños. Y no es para menos, pues además de ser sede del Servicio de Correos, en el siglo XIX se convierte en la sede del Ministerio del Interior, lo que obliga a derribar las casas limítrofes por motivos de seguridad.

Esto le da el simbolismo definitivo a la Plaza, con su estructura semicircular que recuerda a un gigantesco reloj de sol en el que la Torre del Reloj de las campanadas marca las horas con su sombra. A pesar de este simbolismo, el nombre de Puerta del Sol tiene otro posible origen muy anterior a las obras de Ventura Rodríguez. Así hay que viajar hasta 1520, en plena Revuelta de los Comuneros, para encontrar el origen.

Para proteger Madrid de la llegada de los sublevados, se construyó una especie de fortaleza con un foso justo en la zona, en cuya puerta aparecía pintada la imagen de un sol, tal vez porque la torre miraba hacia el punto por el que salía el astro rey. Esta fortaleza sería derribada durante el siglo XVI, justo antes de la reforma de los Austrias.

Pero volviendo a la historia, la Puerta del Sol es un lugar considerado "mágico" no solo por su importancia en la historia de España, sino sobre todo por su situación geográfica. Así, desde el centro neurálgico de la capital parten como rayos de sol las principales arterias de Madrid como la calle Mayor, Preciados, Alcalá o San Jerónimo y además es el punto de origen de las carreteras en España.

Y por si fuera poco las principales esculturas dedicadas a personajes de la mitología griega repartidas por la capital (Cibeles, Neptuno y Apolo) miran hacia la Puerta del Sol, que es punto de referencia en la historia de España de los dos últimos siglos. Así en la Puerta del Sol se produce la Revolución del 2 de Mayo, el asesinato de Canalejas, la proclamación de la Segunda República o, mucho más recientemente, el nacimiento del 15-M.

Y hablando del 2 de Mayo, otra parte de la leyenda tiene mucho que ver con este acontecimiento. Años después de que el padre López exorcizase el edificio, las tropas de Napoleón lo ocuparon, enviando un destacamento de 25 soldados. Los madrileños, enfurecidos, rodearon el edificio obligando a los soldados a salir para reintegrarse en su ejército.

Pero no todos salieron de la Casa de Correos. El Capitán no escapó, por lo que los madrileños lo buscaron intensamente por el interior del edificio sin resultado. Recordando la leyenda del origen del inmueble, llegaron a la conclusión de que Lucifer, que seguía siendo el "propietario", lo había hechizado y escondido en el interior del reloj. Y para capturarlo los relojeros desmontaron, pieza a pieza, la maquinaria, para encontrar al oficial. Y lo encontraron, sólo que transformado en un pequeño ratón al que dieron caza de inmediato.

Al que no encontraron fue al Diablo que, desde entonces, cuenta la leyenda, vive en los sótanos del edificio, desde donde se escapa siempre que puede hasta el Parque del Retiro para admirar la única estatua dedicada al Anticristo instalada en un espacio público. Y algo de real debe haber en esta residencia del Diablo en la Puerta del Sol, pues no hay que olvidar que, precisamente en el sótano de la Casa de Correos se produjeron las tortugas durante los años del franquismo.

 

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