Según el sindicato, la enseñanza se basará en el autoaprendizaje

La Federación de Enseñanza de CCOO Madrid ha denunciado que la nueva regulación de la oferta de Bachillerato para personas adultas en la Comunidad de Madrid “se carga las clases presenciales y vulnera los derechos tanto del alumnado como del profesorado”.

Isabel Galvín, secretaria general de dicha Federación, advierte que la nueva normativa impuesta por la Consejería de Educación “es el marco legal con el que Ayuso quiere envolver y justificar otro ataque a la línea de flotación de la enseñanza pública, esta vez al Bachillerato nocturno”. Además, añade, “no respeta el marco normativo de competencia ni lo regulado en la LOE”.

Los datos de los planes del Partido Popular en Madrid son muy esclarecedores. Desde el curso escolar 2009-2010, en el que todavía no se plasmaban los efectos de la crisis financiera, hasta el curso 2020-2021 (últimos datos que se conocen), el alumnado del Bachillerato a distancia en la Comunidad de Madrid se ha reducido un 52%, pasando de 7.352 a 3.520 alumnos/as. En el Bachillerato nocturno dicha reducción se sitúa en el 45,4%, pasando de 5.762 a 3.148 alumnos. Ambas modalidades sólo se ofrecían en centros públicos. Esta reducción se ha producido de forma paulatina y se explica por la supresión de modalidades de Bachillerato o bien de asignaturas de modalidad u optativas.

“Se les ve venir. Van a hacer con el Bachillerato lo mismo que han hecho con la Formación Profesional a distancia, engordar el negocio de la enseñanza privada”, asegura Galvín. “A lo largo de esos mismos doce cursos, la FP a distancia en centros privados ha pasado de ser inexistente en el caso de la de grado medio o minoritaria en el de grado superior a ser mayoritaria, con una oferta de plazas de muy dudosa calidad y control, orientada exclusivamente al negocio. El primer paso, que fue el de reducir el número de alumnos en los centros públicos tanto en el nocturno como a distancia, ya se dio. Ahora se regula el régimen semipresencial, de menor coste y de fácil tránsito hacia la modalidad a distancia”.

Por otra parte, la nueva orden de regulación establece que la enseñanza para las personas adultas se basará en el autoaprendizaje. “No tiene en cuenta las particularidades del alumnado adulto de las clases nocturnas. Entre los estudiantes de estas enseñanzas muchos han fracasado en la modalidad de diurno y necesitan atención presencial. El sistema presencial, que tiene más de 100 años de antigüedad, ha tenido éxito, como demuestra el hecho de que se titule prácticamente la totalidad del alumnado. Convertirlo en semipresencial es abocar a estas personas al fracaso”, lamenta la responsable sindical.

La nueva normativa tampoco toma en consideración a los jóvenes que se ven obligados a trabajar por la situación económica de su familia y estudian en horario nocturno: “A estos jóvenes se le debe dar la oportunidad de formarse con fórmulas de seguimiento de clases similares al alumnado de mañana, de manera que socialicen y compartan los espacios académicos con normalidad. La eliminación de esta oferta, única en España, favorece el abandono temprano de los estudios y reduce las oportunidades a miles de jóvenes madrileños”, protesta Galvín.

De la misma manera, la orden, recién publicada, no tiene en cuenta a las personas con dificultades de acceso a las plataformas virtuales de aprendizaje que se implanten para desarrollar este tipo de enseñanzas: “Dentro de este colectivo existe un alto nivel alto de vulnerabilidad socioeconómica, por lo que este tipo de configuración iría en contra del propio articulado del proyecto, que proclama la igualdad como objetivo de esta oferta específica de bachillerato”. En este sentido, el sindicato echa en falta también medidas específicas para fomentar la inclusión educativa y atender a los colectivos más vulnerables, como personas con discapacidad o en situación de exclusión social o migrantes.

Y preocupación también por cómo afecta la nueva regulación a las condiciones de trabajo del profesorado, que la Consejería de Educación pretende modificar saltándose la negociación colectiva. “La supresión de la modalidad presencial conlleva una reducción de profesorado, especialmente de las plantillas de los centros públicos, y la Consejería lo sabe. Es evidente que no quiere llegar a un acuerdo con la comunidad educativa porque no hay ninguna justificación alguna del desmantelamiento del bachillerato presencial ni de que esta orden se haya tramitado por la vía de urgencia y la Consejería sabe que el rechazo, a este nuevo recorte, es unánime”, arguye Galvín.

Por todo ello, la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid rechazó el anteproyecto de esta en el Consejo Escolar con un voto particular en el que reclamaba a la Consejería de Educación y Universidades “que asuma sus competencias sin extralimitarse y observe el debido rigor y diálogo y compromiso social por la calidad y equidad del sistema educativo de la Comunidad de Madrid como garantía de los derechos educativos de la ciudadanía, que se materializan, en este caso, en analizar y debatir el contenido de una norma tan relevante con el debido tiempo, reflexión y negociación colectiva”. Motivos, entre otros, por los que estudia el recurso de la Orden 2034/2023 ante los Tribunales.