Javier Rodríguez puede ser hoy alcalde al frente de un tripartito muy inestable

A las doce de esta mañana, y una vez el Pleno vuelva a estar completo con 27 concejales, Alcalá se enfrenta a su futuro: Javier Bello y Javier Rodríguez Palacios lucharán por convertirse en alcalde de la localidad. Y sobre la mesa, la decisión de los partidos que, a última hora de la noche, comenzaba a estar clara.

Así, IU apoyará al candidato socialista en castigo a Rajoy por los recortes anunciados ayer, y España 2000, probablemente, se abstendrá en la votación, ya que nadie ha intentado ganarse su voto. De tal forma que la última palabra la vuelven a tener, un año después, los magenta.

Y es que los dos concejales de UPyD tienen, justo igual que en junio de 2011, la llave de la alcaldía. Los magenta, en esta ocasión, han puesto negro sobre blanco las condiciones innegociables que decidirán su voto, un programa de 25 puntos en el que, el que se comprometa a cumplirlos, ganará el apoyo de la formación, y los dos votos que conllevan.

Las negociaciones se han llevado en el más estricto secreto, afirmando UPyD que se han mantenido conversaciones con los dos candidatos, pero no se ha firmado nada en firme. Sin embargo, ayer quien no estaba demasiado seguro de que no hubiera firma de por medio era IU, que denunciaba una reunión nocturna entre el candidato socialista y el líder magenta.

Así, a cierre de esta edición, la postura magenta es un misterio, y de ella depende, muy mucho el futuro de la localidad. Si UPyD vota a Javier Bello, todo parecerá indicar que la situación política, tremendamente inestable en los últimos meses del bartolismo, podría reconducirse a un gobierno serio, solvente y capaz de tomar las riendas de una situación muy difícil, un gobierno en el que populares y magentas compartirían las tareas de gestión para reconducir la situación económica del consistorio.

Sin embargo, si UPyD vota a Javier Rodríguez la situación sería muy diferente: IU ya ha anunciado que no le dolerán prendas en votar en contra de las propuestas magenta que supongan “traspasar líneas rojas”, por lo que la situación municipal podría ser inasumible, conduciendo al Consistorio a una intervención por parte del Estado. Y es que la parálisis no es posible en el escenario actual, por lo que un tripartito en el que no haya una clara coincidencia de criterios estará abocado al fracaso, y, lo que es más grave, conducirá al abismo las finanzas de la localidad.

La tercera opción de UPyD es la abstención. Si los magenta no votan, ganará el que consiga trece escaños, o en su defecto, y si España 2000 se abstiene, la lista más votada gracias al voto de calidad. Así, se podrían presentar dos escenarios más: España 2000 llega a un acuerdo “in extremis” con alguno de los dos candidatos, entregando el escaño número 13 y la alcaldía, a cambio de no se sabe qué pactos, que serían muy difíciles de explicar y que tendrían un alto coste electoral; o bien la abstención de tres concejales entrega el bastón de mando a Javier Bello. Esta última situación, la más probable, al menos hasta ayer, mantendría las cosas como hasta ahora: un gobierno obligado a pactos puntuales para sacar adelante asuntos importantes, y al que, en cualquier momento la correlación de fuerzas puede expulsar del Consistorio.