Según explican, costaba ciento setenta mil euros

El Ayuntamiento de Madrid, según fuentes municipales, ha cancelado el festival de flamenco de la ciudad de Madrid dos semanas después de que Isabel Díaz Ayuso declarara este arte como Bien de Interés Cultural dentro del Patrimonio Inmaterial de la región y cuarenta y ocho horas después de la novedosa, impopular y polémica mascletà que ha costado cuarenta y seis mil euros.

El certamen Flamenco Madrid había nacido en 2016 y por tanto este año cumpliría la octava edición. En los últimos años, la programación aseguraba dos semanas en mayo con actividades por distintos escenarios de la capital, incluyendo espacios no habituales, como plazas o jardines, y contaba con artistas nacionales e internacionales y también con realizadores de documentales y conferenciantes. El presupuesto era de 170.000 euros.

Desde la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento se les ha venido llenando la boca asegurando que “el flamenco está viviendo un momento de expansión en Madrid” y prometiendo “nuevas acciones más ambiciosas en torno al flamenco que nos permitan complementar un festival ya consolidado, como es la cita que organiza la Comunidad de Madrid, Suma Flamenca, y también la propuesta de la nueva Nave de la Danza, bajo la dirección de María Pagés”, cuando la verdad es que el flamenco en Madrid está orientado a tres centros de ocio de masas con gran capacidad.

No hay ningún análisis por parte del Ayuntamiento o la Comunidad sobre el impacto del flamenco en los artistas locales ni de la influencia de este en el atractivo turístico de la ciudad. Dicho sea de paso, el único atractivo turístico está enfocado en las empresas privadas que programan flamenco.

En definitiva, no falla el flamenco ni los artistas; lo que falla es el modelo de planteamiento de la cultura, en el flamenco también, pero prácticamente en la totalidad de las programaciones que se ofrecen como un modelo de consumo y no como un derecho de la población a acceder a una cultura pública y de calidad.

CCOO Madrid considera que es necesario unir esfuerzos para mejorar la cultura y las condiciones de calidad y acceso, así como dotarnos de un plan estratégico de la cultura tanto en nuestro Ayuntamiento como en nuestra Comunidad. Es necesario basarse en un estudio riguroso y serio de las necesidades de los artistas y de los jóvenes creadores, poniendo la inversión pública al servicio de estos y de la población y no de las empresas privadas y del turismo de masas.

Para finalizar, el sindicato anuncia que junto a otras organizaciones del mundo de la cultura, se pone a trabajar para realizar a finales de mayo el concierto de flamenco que Almeida nunca haría. Un concierto cuya recaudación de forma solidaria irá destinada a tratar de paliar la terrible situación humanitaria a la que se está condenando a la población de Gaza.