x

Uso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle publicidad relacionada con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación.
Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información, o bien conocer cómo cambiar la configuración, en nuestra Política de cookies

30
Abr
2024
La lluvia no consiguió aguar la Romería a la Hermandad del Rocío PDF Imprimir E-mail
TorreNews - Sociedad Torrejón
Compartir en MenéameCompartir en TuentiCompartir en Buzz it!Compartir en FacebookCompartir en Twitter

Un intenso chaparrón les cayó encima pocos minutos después de salir de la San Juan Evangelista

Por aquello de que, todo apunta, era su última Romería, el Simpecado de la Hermandad del Rocío se quiso despedir con un guiño a una de las peregrinaciones más intensas de la historia de la Hermandad torrejonera. Y es que, como si los romeros se hubiesen trasladado al Camino de los Tarajales en 2016, una impresionante tromba de agua les cayó encima a los pocos minutos de salir de la San Juan Evangelista.

Pero eso sí, sólo fue un guiño, pues, tras el aguacero, que no duró más de cinco minutos, la Romería consiguió celebrarse con total normalidad a pesar de que las nubes y claros, y el intenso viento se hicieron presentes en distintos momentos de la mañana.

Pero la jornada comenzaba de forma distinta. A eso de las nueve los romeros se preparaban en la San Juan Evangelista, celebrando el tercer oficio del Triduo en honor a la Virgen del Rocío, una Misa que, como manda la tradición, terminaba con el rezo de la Salve, y con la mirada puesta en el cielo, pues aunque la mañana no parecía augurar nada bueno, los romeros sacaron la carreta con el Simpecado por la puerta principal de la iglesia, y lo hicieron para, tras enyuntar a los bueyes, comenzar un viaje por las calles de la localidad.

Con el coro amenizando, y vestidos de corto, los Hermanos del Rocío iniciaron su viaje, que les llevó hasta la calle Granados, donde les sorprendió la lluvia. Y es que, si bien hasta ese momento había estado cayendo de forma fina e intermitente desde el principio del viaje, fue allí donde el cielo se abrió sobre sus cabezas, obligando a cubrir el Simpecado con un plástico protector. Pero el viaje no se detuvo, y, tras escampar, continuó en dirección a la calle Veredilla, el Zoco y la Avenida de la Constitución, que recorrieron hasta llegar al puente de Loeches con algo de adelanto sobre el horario previsto.

Allí se celebró uno de los momentos más especiales, pues en el momento en que la carreta pasaba justo por debajo del puente, una lluvia de pétalos de rosa caía sobre el Simpecado en medio de los "Vivas" de los hermanos rocieros. Tras un parón justo en el subterráneo, comenzaba el último viaje hasta el Recinto Ferial, donde llegaron a eso de la una de la tarde para situar la carreta en la carpa donde iba a presidir el resto de la Romería.

Y es que el viaje hasta el Ferial solo era el principio de un intenso fin de semana. Desde ese momento, y con la lluvia como invitada estrella, las actuaciones musicales, el concierto de María de la Colina y los actos religiosos, como el tradicional Rosario nocturno sólo iluminado por la luz de las velas, y en el que el viento fue gran protagonista; o la Misa de Romeros del domingo por la mañana, se hicieron dueños del Ferial.

A las ocho de la tarde del domingo tocaba volver a casa. La Hermandad ponía rumbo a la San Juan Evangelista en un recorrido más corto, que les hizo viajar por Avenida de la Constitución hasta la calle Pesquera donde se tomaron un descanso antes del fin de fiesta. Así, pasadas las nueve y media, y con los tamborileros tocando la Salve, la carreta llegaba hasta las puertas de la iglesia de la plaza, ante un público que se arremolinaba para ver el final de la Romería. Un final con sorpresa, pues, si el mal tiempo del día anterior impidió que se lanzase el tradicional ramillete de fuegos artificiales en el momento de la salida de la carreta, la pirotecnia iluminó el cielo de la Plaza justo antes de entrar en la iglesia.

Tras desyuntar a los bueyes llegaba el momento más esperado: los Hermanos del Rocío se ponían detrás de la carreta para, empujándola, hacerla subir las escaleras de la San Juan Evangelista entre los aplausos y la emoción contenida de los que se agolpaban en la Plaza, Ya dentro de la iglesia, condujeron la carreta hasta los pies del Altar mayor donde una emocionante Salve despedía la trigésima Romería del Rocío organizada por la Hermandad.

 

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar

Telescopio TV

El Tiempo

A Todo Color








Las Entrevistas del Telescopio

Redes Sociales

























Noticias Relacionadas