Este domingo, homenaje en la Llama Eterna

Dentro de la programación del mes de mayo hay un día dedicado a aquellos que fueron víctimas de la crisis que cambió el mundo hace cinco años, y en esta ocasión el día escogido será este mismo domingo, cuando asociaciones, políticos y vecinos homenajeen a los fallecidos por el coronavirus.

Como siempre la cita será a las 11 de la mañana en la Llama Eterna que preside la confluencia entre la Avenida de la Constitución y Virgen de Loreto, y consistirá en una ofrenda floral de los torrejoneros que llenarán el pedestal del monumento dedicado a las víctimas.

Torrejón de Ardoz realizará un acto en homenaje a las víctimas de la COVID-19 este domingo, 18 de mayo, a las 11 de la mañana. Se celebrará en el Pebetero situado en la avenida Constitución con la carretera de Loeches. Están invitados a sumarse los familiares de las personas tristemente fallecidas debido a esta pandemia, así como todas las entidades, asociaciones y torrejoneros a título individual que quieran realizar un sentido homenaje a las víctimas.

Un minuto de silencio, la lectura del poema “El Viaje Definitivo”, de Juan Ramón Jiménez, por parte de la Asociación Tertulia Poética El Desván, las ofrendas florales en nombre de la ciudad de Torrejón de Ardoz, realizadas por el alcalde, Alejandro Navarro Prieto y los portavoces de los grupos políticos representados en el Ayuntamiento, entre otras autoridades, los familiares de las víctimas, las asociaciones de la localidad y los vecinos serán los protagonistas de este acto en el que también sonarán algunas de las canciones más representativas de la pandemia.

Torrejón de Ardoz erigió un monumento en forma de pebetero en homenaje a las víctimas de la Covid 19 que se encuentra situado en uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, como es el cruce de la avenida Constitución con la carretera de Loeches y que fue inaugurado el 4 de octubre de 2020. El lema “Que vuestro recuerdo nunca se apague” está inscrito en una placa situado a los pies del monumento para que perdure en el tiempo y en la memoria de todos nosotros.

El monumento consiste en un pebetero con una pieza circular de mármol negro de dos metros de diámetro, de donde brota una llama que siempre está encendida como homenaje a los fallecidos por la enfermedad.