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23
Abr
2020
Caerá el telón PDF Imprimir E-mail
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por CAMVicente García Castillo

La terrible realidad que vivimos estos días, más propia de una distopía cinematográfica, que ha supuesto la pandemia del Covid 19, nos ha golpeado sin piedad, sumiéndonos en un caos que ha provocado un shock colectivo. Desde el necesario confinamiento impuesto, observamos el exterior de nuestras casas, barrios, ciudades, como si fuera el escenario de esa película de terror que estamos viviendo.

Y, en efecto así es, en ese escenario que vemos desde nuestras ventanas y balcones, que atravesamos cuando vamos a comprar o a trabajar, se desarrollaba la obra de nuestras vidas cotidianas, y cada cual asumía el papel que le había tocado en suerte, o más bien que le había sido asignado.

Si esta crisis nos está enseñando algo, es que la obra que interpretábamos diariamente era un drama. Nosotros, que tenemos la fortuna o vergüenza, según se interprete, de participar en la escena que le corresponde al que llaman “primer mundo”, estamos despertando de la realidad que vivíamos, que más bien era una pesadilla. ¿Qué no será en ese otro mundo donde sólo hay un respirador en todo el país?, como es Mali. No tenemos más que fijarnos, por ejemplo, en la situación que se está viviendo en Guayaquil, donde las personas fallecidas, se amontonan en contenedores frigoríficos, cuando no en la propia calle.

Este shock nos ha despertado y nos hemos dado cuenta de que el decorado del escenario se nos cae encima. Que la inmensa mayoría de nosotros y nosotras, no somos felices. Que tenemos trabajos que han sido precarizados hasta el punto de no permitir proyectos de vida dignos. Que cuando nos falta ese trabajo caemos en riesgo de exclusión permanente y pobreza severa, por carecer de una protección social efectiva y suficiente.

Que cuando caemos enfermos, somos atendidos por un sistema público de salud que se ha esquilmado premeditadamente, para asegurar el negocio privado, y que si se mantiene en pie todavía, es gracias a la profesionalidad, sacrificio y vocación de sus trabajadoras y trabajadores (¿Qué habría sido de nosotros/as sin las personas que nos han cuidado y cuidan en el HUPA?).

Que nuestros hijos e hijas son hacinados en aulas, a veces barracones, donde reciben una deficiente educación, a pesar del esfuerzo del profesorado, que suple con su vocación, la escasez de recursos humanos y materiales, viendo que estos últimos, igual que en el ámbito sanitario, se derivan a la educación privada/concertada. Ahora que se intenta mantener cierta actividad educativa on line, algunos se sorprenden de que casi en un 30% de los hogares, ni siquiera dispongan de conexión a Internet, por no hablar de ordenador, tablet o smartphone.

Que nuestros y nuestras mayores, sobrevivientes de una guerra civil, que salvaron con sus pensiones a sus familias, pagando con ellas la comida, vestimenta, hipotecas, etc., de sus hijos e hijas que la anterior crisis amenazaba con enterrar en la cuneta de la exclusión social, son masacrados. Ahora mueren, abandonados a su suerte en una red, mayoritariamente de residencias privadas, que pervierten el cuidado que se les debiera prestar, con una visión mezquina y puramente mercantilista, donde salvo honrosas excepciones, la escasez de recursos humanos y materiales y la pésima calidad de la atención ha sido desvelada por la actual pandemia.

Todo este guión que describo, tiene autor, y sus mentiras y vergüenzas han sido puestas al descubierto. El autor del mismo y que dirige la obra que interpretábamos, es la doctrina ultra neoliberal y su capitalismo salvaje, que diseña el entramado y desarrollo de la función, y que ahora se revuelve rabioso. Pretende usar por enésima vez su doctrina del shock, para que nada cambie, salvo a peor. Ya estamos viendo la cantidad de bulos, de fakes, que pretenden culpar al otro, al distinto, de lo que pasa. Lo que menos les importa es lo que más nombran, el país, la patria. No pueden admitir ni permitir que por una vez, los recursos de todos se usen para asegurar un mínimo de subsistencia colectivo, pues se detraería de la riqueza que acumulan. Nunca tan pocos, se apropiaron de lo de tantos.

Pero se les acabó. Sus fakes y bulos chocan con la imperiosa necesidad de comer tres veces al día. Extraigamos la enseñanza oportuna de esta película de terror. El escenario sigue ahí, esperándonos, sus calles, barrios, carreteras, polígonos, cines, comercios, plazas, parques, monumentos, están esperando que se reanude la función.

Os propongo, que cambiemos el guión impuesto, despidamos al guionista, como dice su máximo exponente, el loco de Trump, digámosle “you`re fired” (estás despedido). Convirtamos la obra en otra que no sea un drama. Cambiemos nuestro papel. Formemos parte de una nueva película en la que la solidaridad entre personas y pueblos sea la línea argumental, que de pie a erradicar la pobreza e injusticia generalizada. Que los recursos de todos se pongan al servicio de todos.

Aseguremos unos Servicios Públicos, que cuenten con los medios humanos y materiales suficientes, que no dependan de ningún balance ni cuenta de resultados, ni de donaciones altruistas o no, que dependan directamente de los Presupuestos Generales del Estado o Administración competente.

Que nuestro sistema educativo, sirva para formar hombres y mujeres libres e iguales, con las mismas oportunidades para todos y todas, y deje de ser simplemente un nicho de negocio. Aún en medio de esta crisis, se quiere ahondar en el deterioro del sistema educativo, y asistimos a la última fechoría de la CAM, pues su Consejería de Educación, de manera unilateral, elimina los convenios, presupuestados ya, que mantenían con los municipios en relación con las Casas de Niños y Escuelas Infantiles. Privan así, del derecho a la educación a nuestros hijos e hijas en ese tramo de edad, cuando las trabajadoras y trabajadores de las mismas, seguían manteniendo su actividad y en contacto con las familias, de manera virtual, como en el resto del sistema educativo.

Que nuestra sanidad, pública y universal, tenga los medios apropiados para garantizar la mejor asistencia para todos y todas, independientemente del saldo de la cuenta corriente del paciente. Que nadie vuelva a enriquecerse a expensas de nuestra salud. No permitamos que las más de 10.000 personas, que solamente en Madrid, reforzaron las diezmadas plantillas de nuestro sistema sanitario, vuelvan al paro. No son clínex de usar y tirar, son profesionales imprescindibles si queremos volver a tener un sistema sanitario eficiente y eficaz.

Que el mundo de los cuidados en general, sea reconocido, no con aplausos como ahora, que también, sino con unas condiciones laborales y salariales dignas. No hay actividad más digna ni importante que cuidar de otra persona. Hagamos del cuidado de nuestros mayores una tarea de Estado. Creemos una red pública de cuidados (residencias, viviendas colectivas, tuteladas, etc,) que devuelva a nuestros mayores todo lo que nos dieron y facilite que en su última etapa de vida, sus condiciones sigan siendo dignas.

En definitiva, pongamos la riqueza de todos y todas, al servicio de todos y de todas, algo tan revolucionario que lo dice hasta nuestra Constitución, que algunos que la defienden hoy, tacharían de “Bolivariana” o “social-comunista”, si de verdad se cumpliese lo que en ella está escrito. Pongamos la riqueza al servicio de la reconstrucción de nuestras sociedades. Démonos cuenta de la importancia de la conservación de nuestros ecosistemas, de nuestro planeta. El uso desmedido de sus recursos, la destrucción de sus entornos naturales y biodiversidad, está detrás de lo que hoy nos está pasando.

En definitiva, el shock al que hemos sido sometidos, puede utilizarse en dos sentidos. Uno, el que últimamente ha sido utilizado, infundir miedo para que renunciemos a parcelas de libertad, a ciertos derechos, al bienestar al que tenemos derecho, para llenar los bolsillos de muy pocos. Una vez más, su doctrina del shock, será utilizada para tratar de dar una vuelta de tornillo más a la realidad económica y social impuesta y perpetrada. La utilizarán para intentar traducir el lógico miedo y confusión reinantes en caldo de cultivo propicio de movimientos y opciones reaccionarias, que apuntalen sus privilegios. Simplemente hay que observar de donde surgen tanto bulo y tanta fake. Esta táctica ya les ha propiciado una cosecha de 52 diputados y no dejarán pasar la oportunidad de seguir “recolectando incautos”

Otro, el que a buen seguro se abrirá paso, el de despertar y crear una realidad económica y social que se fundamente en la solidaridad, donde la riqueza que todos generamos sea puesta al servicio del bienestar de todas las personas. Donde erradiquemos de una vez la pobreza y construyamos sociedades libres, igualitarias, con un reparto justo de la riqueza, donde los avances tecnológicos que la digitalización conlleva, engorden nuestro estado del bienestar y no las cuentas de resultados de unas pocas corporaciones. Y todo ello respetando el único planeta que disponemos, el que nos ha avisado de que de seguir por la senda que transitábamos, pandemias como las que vivimos hoy, serán moneda corriente, sumadas a las catástrofes medioambientales que ya sufrimos.

Cambiemos de Obra, tomemos el escenario que nos espera, desechemos el drama que estábamos interpretando, cambiémosles el guion, al fin y al cabo trabajamos parar vivir, no al contrario. Vivamos pues, así, cuando caiga el telón y se abra paso el preceptivo “The End”, al menos que nos pille con una sonrisa en los labios.

Salud.

 

 

Vicente García Castillo

Secretario General de CCOO Henares

 

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