Ultimátum del Presidente del Gobierno tras el revolcón jurídico del TSJM

Si hace una semana vivíamos una mañana muy intensa como preludio a lo que fue la adopción de la Orden de Illa para decretar los confinamientos de las diez ciudades más pobladas de Madrid, la de este viernes no se va a quedar atrás. Y es que la resolución del TSJM tumbando los confinamientos perimetrales desataba una auténtica guerra abierta entre Gobierno y Comunidad para decidir qué ocurre con Madrid a las puertas del 12 de octubre.

Así, la actualidad política de la Comunidad daba un giro inesperado a eso de las diez de la mañana de este jueves, cuando el TSJM hacía pública la resolución, tomada por unanimidad, para suspender de forma inmediata los confinamientos perimetrales aprobados por la Comunidad de Madrid la semana pasada acatando una Orden del Ministerio de Sanidad. El Alto Tribunal madrileño, por unanimidad, explicaba que una Orden Ministerial no tiene capacidad jurídica para suspender derechos fundamentales, y menos uno tan básico como es la libertad de movimientos.

La decisión de los jueces caía como una bomba sobre el Pleno de la Asamblea, reunido para discutir la reprobación de Ossorio en la sesión semanal. Nada más conocer la noticia Ayuso y todo su Gobierno abandonaban el hemiciclo para refugiarse en un despacho del Parlamento vallecano donde montaron un improvisado comité de crisis.

Y la respuesta llegaba, a eso de las dos y media de la tarde, a través de comparecencia oficial de la Presidenta. Ayuso pedía al Gobierno una reunión urgente del comité de coordinación para esa misma tarde, algo que un Illa al que la noticia pilló en plena Comisión del Congreso de los Diputados, también solicitó con la intención de negociar un “confinamiento blando” centrado en las únicas doce zonas básicas que, a día de hoy, están por encima de los mil casos.

Pero la tarde iba a ser muy larga, y el Presidente del Gobierno, desde Argelia, dinamitaba todo entendimiento. Pedro Sánchez afirmaba que utilizaría los instrumentos necesarios para que se cumplieran las restricciones, sin atender a ningún tipo de negociación y saltando por encima del comité de coordinación.

Tras ver como todos los puentes se rompían, ni Comunidad ni Ministerio fijaban una hora para la reunión dejando el asunto en el aire, y en medio de una total incertidumbre para los cinco millones de madrileños afectados. El TSJM volvía a pronunciarse a media tarde, y lo hacía para explicar cuáles eran los efectos concretos de la anulación de la medida.

Así queda totalmente derogado el punto tercero del acuerdo firmado por el Consejero de Sanidad, que establecía el confinamiento perimetral de diez ciudades, pero sí seguía en vigor todo el resto de restricciones aprobadas para esas ciudades, es decir, reducción de aforos, cierre de toda actividad comercial a las diez de la noche, y prohibición de reuniones de más de seis personas. El único lugar donde sí siguen en vigor los confinamientos perimetrales es en las tres áreas sanitarias añadidas por la Comunidad a la Orden del Ministerio: Reyes Católicos en SanSe, Humanes y Villa del Prado.

Con este último pronunciamiento la Comunidad quiere dar por cerrado el camino judicial del polémico acuerdo de la Comisión Interterritorial, pero no lo va a conseguir. Así tanto el TSJM como la Audiencia Nacional tendrán que pronunciarse en dos ocasiones más sobre el fondo del asunto, pues tanto VOX como el abogado valenciano siguen adelante con la petición de cautelares ante ambos tribunales, un asunto que debe quedar resuelto la semana que viene.

A última hora de la tarde era Fernando Simón el que se pronunciaba, y lo hacía para afirmar que hay que seguir restringiendo la movilidad de los madrileños a pesar de que la incidencia esté en claro descenso. Simón también intentaba apaciguar los ánimos, ya muy caldeados, explicando que el Estado de Alarma no era la única opción que tenían sobre la mesa para controlar la situación.

Pero las palabras del número dos de Sanidad se las llevaba el viento a eso de las diez de la noche. A esa hora el Presidente del Gobierno llamaba a Ayuso para darle un ultimátum: o cerraba ella Madrid o lo hacía él a través del Estado de Alarma. Es más, Moncloa llegó a convocar un Consejo de Ministros extraordinario a las ocho de la mañana para aprobar, sin siquiera escuchar a Madrid, el “155 sanitario”.

Ante el inmenso revuelo provocado (Sánchez estaba intentando esquivar una resolución judicial para aplicar, por otros medios, una medida declarada ilegal por los jueces), el Gobierno no tenía más remedio que dar marcha atrás, ya de madrugada, anunciando que, tras el viaje del Presidente a Barcelona, se reunirá con Ayuso y sólo si no se alcanza un acuerdo, convocará el Consejo de Ministros que decrete el confinamiento de las ciudades madrileñas. Así, la entrada en vigor de la intervención del Gobierno no se produciría hasta eso de las tres de la tarde, y tendría efectos inmediatos. Eso sí, cabe decidir a quién afectaría, ya que son muy pocas las ciudades que se encuentran, a día de hoy, por encima de los quinientos casos, pues la brusca caída de la incidencia ha continuado durante esta semana situándose en la jornada de ayer en 229 en la región, según los datos del propio Ministerio de Sanidad, la mitad de lo que establecían los requisitos de Illa.