La realización del programa vuelve a las andadas, y censura todo lo interesante que ocurre en la casa

Que grandes son las fiestas de Guadalix. Siempre pasan cosas que dan algo de vidilla al concurso, y en esta ocasión pueden suponer un autentico revulsivo de cara a esta misma noche. Miriam y Kristian estuvieron tonteando después de la fiesta, y eso se ha convertido a la superviviente en el objetivo número uno de las carpeteras.

El comando comenzaba ayer por la mañana, y desde ese momento los porcentajes no han hecho otra cosa que transformarse. Si todo apuntaba a que el expulsado sería Igor, la clave ahora está en saber si Miriam puede conseguir recuperar toda la ventaja que le llevaba el vasco para ser ella la expulsada de la semana.

La sorprendente remontada de la titánica se debe, básicamente, a un jugueteo entre ella y Kristian durante la madrugada del sábado al domingo, jugueteo que las fans de la pareja que forman Kristian y Sonia han considerado una auténtica declaración de guerra, y que pretende volver a trastocar el juego al igual que ya hicieron la semana pasada con Giuls.

Ni que decir tiene que la salida de Miriam sería una sorpresa mayúscula para los de fuera, y una balsa de aceite para los de dentro. La superviviente del Costa Concordia entraba dos días después que sus compañeros, convirtiéndose en la primera “intrusa” de la edición, por lo que sería fácil para los concursantes relacionar su salida con ese hecho, algo que, además, les daría tranquilidad y la falsa creencia en que estarán a salvo hasta que deje de entrar gente.

Además, la expulsión de Miriam no debería trastocar en exceso el guión de la gala, ya que, si bien no podrá decidir si Dobromira entra o no en el juego, puede encontrarse con ella una vez expulsada, al igual que pasó el año pasado con Noemí Merino y su Paolo. Si tenía morbo el encuentro de ambas en la rueda, no tendrá menos interés ver la cara de triunfo de la búlgara al ver a su rival eliminada.

Pero Miriam no es la única que está en la cuerda floja. Hasta la revolución carpeteril el principal candidato a abandonar la casa era Igor, especialmente tras la emisión en el debate de su polémica participación en la Operación Parque Jurásico. El vasco, demasiado próximo a Iván, podría convertirse en la víctima propiciatoria de los espectadores, que aún no pueden expulsar al alicantino, aunque a lo mejor hay sorpresas sobre este asunto…

La tercera nominada es Lorena, alma mater de las tramas de la casa, y lideresa indiscutible de uno de los grupos en que se ha dividido la convivencia. En seguida lo explico un poco más, pero, después de lo ocurrido ayer, si Lorena no sale expulsada hoy, puede llegar muy lejos en el concurso.

Pero antes quiero hablar de un fantasma que ha vuelto a Gran Hermano 14, y que fue uno de los culpables de que la audiencia de GH 8 y GH 12 se hundiese: la censura. El programa, comprobando como esta vez no tiene el control sobre el pensamiento colectivo a través de la manipulación de videos (que le den las gracias a los programadores de Telecinco y al programa Sálvame, que son los que han conseguido que la única forma de seguir el concurso día a día sea a través de Internet), ha decidido cambiar de estrategia. Desde el sábado se censura todo lo relevante que ocurre en la casa, de lo que no tenemos más remedio que enterarnos de oídas.

La estrategia, que busca guardar lo más interesante para el Debate y las galas, consigue justo el efecto contrario: matar el interés de un público al que cada vez importará menos lo que ocurra dentro de la casa, y que, por tanto, desconectará de la edición haciendo bajar las audiencias del programa. Precisamente si esta práctica absurda se abandonó en GH 9 y GH 12+1 es porque los resultados de seguimiento fueron, simplemente, catastróficos, algo que esta edición, sin interés y sin apoyo por parte de Telecinco, no se puede permitir.

Y ahora sí, después del desahogo, conectamos con la Casa. La noche comenzaba con la fiesta de cumpleaños de Raki y Susana, una fiesta que dio mucho más de sí de lo que pudiera parecer: el tonteo que vieron las carpeteras entre Kristian y Miriam no llegó a mucho más, y fue el responsable de una especie de pela entre los dos concursantes. Como toda buena relación tóxica, el Pelocho terminó la noche en su cama, junto a Sonia, no sabemos si durmiendo o haciendo qué, por cortesía de la realización del programa.

Tampoco tenemos noticias oficiales de lo que ocurrió durante más de tres horas en el jacuzzi entre Susana y Dani, pero de lo que sí tenemos cumplida información es de la trama más interesante de cuantas se viven en la casa: Lorena parece que ya sabe de la existencia de la conversación en que Miriam, JC e Iván pactaron su nominación, y durante esta noche pedirá explicaciones. La post fiesta para este grupo comenzaba con un curioso tonteo entre Juan Carlos y Noelia, en el que las carpeteras han visto el comienzo de algo más. El tiempo dirá (si Vasile lo  permite).

En medio del jugueteo, y una conversación entre Lorena y Argi, entró Iván para sobrepasar, una vez más, la línea roja. El supuesto cómico, intentó meter un calcetín sudado en la boca de Lorena, a lo que la valenciana se revolvió dándole un manotazo. En ese momento, Iván, al más puro estilo Aris, empezó a pedir la expulsión disciplinaria de Lorena, una expulsión que, por cierto, merece bastante más el aprendiz de Travolta. Y es que, anoche sus bromas volvieron a sobrepasar otro límite, para convertirse en una auténtica amenaza: “Esta noche vas a morir, Argi”, le soltó a una sorprendida concursante.

Volviendo al asunto calcetín, los gritos de Iván motivaron un nuevo “no me toques” de Lorena, y otro “eres mala” de Iván. Tras la bronca, Iván se refugió en Juan Carlos, que apaciguador, o simplemente, falso, le concedió: “Así son las mujeres”, una frase sorprendentemente similar a la que empleaba una hora antes al dar la razón a Lorena: “así es Iván”. El aprendiz de Judas sigue perdiendo puntos a una velocidad asombrosa.

Y es que, como siempre, las nominaciones del pasado lunes estuvieron muy presentes durante todo el día en la estilista valenciana. La chica confesaba por la tarde, que lo pasaría muy mal si alguno de sus “cinco personas” le nomina (no se a quien se refiere, pero seguro que dos de sus cinco intocables ya la han apuñalado). También por la tarde Lorena daba pistas que pueden hacernos intuir que no es la primera vez que vive una situación como la de Iván: “solo mi madre sabe lo que estoy aguantando en esta casa”. Iván tampoco tuvo un buen día, de bajón, afirmaba acordarse de su chica María, y daba una curiosa explicación por la que no quiere salir nominado: para no hacerse ilusiones de que puede ver a su chica en pocos días, (no te preocupes, que el público no te va a quitar esa ilusión dejándote en la casa cuando estés nominado). El imitador dejaba otra perla: “no soporto sentirme observado” (imagino que el chico es fan de la terapia de choque, porque si no, no se entiende que pinta en Gran Hermano).

Pero todo estallaba en el recinto favorito de los  concursantes de esta edición: la pecera de la radio. A pesar de la censura del programa, todo apunta a que Lorena, Juan Carlos e Iván aprovecharon la emisión para poner, por fin, todas las cartas sobre la mesa, o más bien casi todas. Los chicos, contaron a la estilista que Miriam intentó manipular a Noelia para que la nominase (lo que no le han contado es que también lo intentó con ellos, y lo consiguió).

Para entenderlo hay que regresar al sábado de la semana pasada. Miriam, tras sus primeros días dentro de la casa, comienza a jugar, y su objetivo está claro: Lorena. Sin embargo, nos faltaba una  pieza para completar el puzle y la conseguimos anoche: por la tarde, Miriam intentó convencer a Noelia de que nominase a Lorena, algo que la Princesa corrió a contarle a su amiga. Cuando Lorena pregunta si la va a nominar, la chica lo pone en duda, algo que Lorena considera un sí, sobre todo, después de saber lo que le ha contado Noelia. Como ya  sabéis la historia termina con una alianza nocturna entre Miriam, Iván y Juan Carlos que coloca a Lorena en el banquillo de los nominados.

Con la parte de la historia que le cuentan sus chicos, Lorena acude a pedir explicaciones a Miriam, que, viéndose atrapada, se pone a llorar. La noche continuaba con Miriam intentando ganarse a sus compañeros en el salón, mientras que Lorena parecía estar llegando a un principio de entendimiento con Iván.

Con semejantes mimbres, dudo mucho que el resto de tramas importe a nadie, pero yo os lo cuento: Sonia continúa con ese extraño juego que mantiene con Kristian y ayer le proponía, insinuante: “Yo te la caliento” (la chica se refería a la pasta, pero me parece que Kristian pudo pensar otra cosa). Además, los gritos desde el exterior volvieron a ser protagonistas, poniendo, otra vez, a toda la casa contra Lorena, y es que el mensaje era contundente: “Lorena ganadora”. Argi, por su parte afirma que le gustaría que a la final del concurso llegaran un chico guapo y una chica guapa (no voy a hablar de los valores de estos concursantes, porque luego decís que me repito). Sonia también contaba que hizo el Camino de Santiago, una experiencia que le cambió la vida, y Susana tiene un pequeño problema con las matemáticas: cree que lleva cuatro años en la Universidad, pero aun le faltan tres. Si la carrera es de cinco años, es evidente que no salen las cuentas (en cualquier caso, está claro que, sean los que sean, son pocos para los que necesita). Además, Kristian mostró una sorprendente habilidad que comparte con Raki: encender mecheros con los pies (¿para cuándo un campeonato?).

Raki también fue protagonista de la tarde, gracias a un comentario que también dará juego “a los veinticinco años ya vas cuesta abajo. Yo a los treinta no pienso salir de casa” (Esta chica es la salvación del sistema de pensiones). Por otra parte, la tarde ha vuelto a dejar una gran nevada en Guadalix, y un nuevo juego para las tardes de domingo: después del Teléfono Escacharrado llega el Ahorro Energético. Los concursantes pasaron la tarde escribiendo mensajes sobre cuanto agua se gasta al hacer acciones cotidianas (¿Quién es el guionista de esta edición, Miguel Sebastián?), y por último, Miriam volvía a confesar uno, probablemente el último, capítulo de su azarosa vida: la chica fue gimnasta rítmica y llegó a estar federada.