Telecinco ya tiene recambio para Gran Hermano

No creo que fuera esto a lo que se refería el programa cuando hablaba de que en esta edición íbamos a sentir el vértigo, pero lo cierto es que el programa se ha convertido en una auténtica montaña rusa, sobre todo por esa curiosa capacidad para estar siempre en el filo de la navaja con las audiencias: si ayer decía que el programa tenía casi seguro sobrevivir hasta mayo después de ver la factura del programa de saltos, hoy está más cerca de la cancelación que nunca en toda la edición, ya que, contra todo pronóstico, Mira Quién Salta también encandiló a la audiencia.

En honor a la verdad hay que decir que el programa tuvo un millón de espectadores menos que Splash y cinco puntos de share menos, pero son unos datos más que aceptables para una Telecinco que necesitaba urgentemente un salvavidas. Tanto es así que el éxito de los saltos acerca el final de Gran Hermano, y como prueba, una noticia que estuvo circulando ayer durante todo el día, y que se confirmaba a última hora de la tarde: la cadena ha comprado los partidos de Liga que hasta ahora emitía Marca TV que de momento emitirá Cuatro.

Y es que, lo he dicho muchas veces, Gran Hermano es un formato demasiado caro para tener una media del 16% (amén de no ser un producto hecho por productoras filiales, y presentado por una conductora de alto caché), por lo que cualquier tropiezo (espero y confío en que anoche tampoco se produjera ese tropiezo) será utilizado como excusa para cargarse el formato.

Así, el ojo de Gran Hermano cada vez está más cerca de cerrarse, sobre todo al comprobar cómo el público de Telecinco consume igual un producto con buena factura, cuidado y con profesionales detrás, que un formato hecho a toda prisa, sin el más mínimo mimo, y en el que no se esconden a la hora de valorar saltos de trampolín según el color del bañador que llevan (ese fue el criterio que usó Boris Izaguirre).

Pero bueno, hoy toca hablar de Gran Hermano y disfrutar de los  pocos días que nos quedan por delante. Anoche tocó debate, o más bien Debate-gala, ese curioso híbrido puesto en marcha la semana pasada y que tan buenos resultados dio. La decisión de recortar al máximo las intervenciones de los presuntos expertos es una de las mejores que podía tomar el programa, y completar el tiempo con la emisión de vídeos, la segunda mejor.

Así, en poco más de dos horas y media repasaron todo lo ocurrido en la casa (que  no es poco) en las últimas 48 horas, si bien se dejaron cosas en el tintero (como la trama de los gemelos, que anoche vivió un episodio decisivo, aunque el programa volverá a mirar para otro lado; o la destrucción de la convivencia que provocaron las nominaciones públicas).

Lo cierto es que el mini resumen de tres minutos ayuda mucho a la hora de hacer una composición de lugar de cómo continúa la vida en directo, además de permitir al espectador medio ir conociendo a los protagonistas y empatizar con ellos, algo que hemos tardado más de un mes en empezar (para conseguirlo necesitamos otros cuatro) a conseguir.

El debate se articuló en torno a tres temas centrales, y algunos satélites: el Danigate, Miriam e Igor, y Sonia y Pelocho, y ese mismo esquema vamos a seguir hoy, porque hay mucha plancha (un saludo, Carolina Sobe).

Durante las horas previas Telecinco estuvo jugando a la ambigüedad sobre la decisión a tomar sobre las revelaciones de Dani, y siguió haciéndolo hasta el mismo final del programa acrecentando las sospechas de que la productora tiene mucho que ver con la trama (no en vano el amigo/manager de Dani repitió, en varias ocasiones, que la negociación de Interviú se realizó con la presencia de alguien que estaba en plató, posiblemente el representante de Telegenia).  Y es que lo que debería haberse convertido en la lapidación pública de un par de montajistas, se transformó en un juego de verdades, mentiras e insinuaciones en que quedaba muy claro que ambas partes intentaban pillar al otro en un renuncio para poder actuar en consecuencia.

Recapitulamos todo lo sucedido para entenderlo mejor: hace una semana Dani, en directo, amenazaba con denunciar al programa por incumplimiento de contrato, al cambiar, de forma unilateral las clausulas con las que él estaba concursando. A partir de ese momento la percepción que el programa transmite de Dani es totalmente diferente: después de haberle acusado  de utilizar a Susana, en la Gala del pasado lunes queda como el perfecto enamorado, llorando por las esquinas la pérdida de su Eva, mientras ésta se enfrentaba a una entrevista de la que tampoco salía mal parada. El martes, el concursante afirma en el jacuzzi que había apalabrado el Interviú de Eva, algo que, por cierto viene a corroborar la información que circulaba a través de Internet sobre un tuit del DJ en que explicaba justamente eso, tuit que no se puede buscar porque Dani, como todos los concursantes, borró su perfil antes de entrar.

Esta información, distribuida a toda velocidad por Internet obliga al programa, que hubiera preferido no darse por enterado, a tomar cartas en el asunto. De forma muy ambigua se anuncian medidas contra el concursante que se conocerán en el debate, pero a la hora de la verdad no se toma ninguna decisión, intentando así que el fin del contrato entre ambas partes tenga ciertos visos de legalidad con una expulsión por parte de la audiencia.

Y es que, vuelvo a ponerme leguleya, lo que vivimos anoche entre Frank Blanco y el representante de Dani fue una auténtica partida de ajedrez más propia de una sala de juicios que de un programa de televisión. Sin decirlo claramente, el programa acusó al concursante de incumplimiento de contrato (de ahí el empeño del presentador en conocer la fecha de la rúbrica del contrato con Interviú), pero fracasaron estrepitosamente.

Por eso, y para volver a intentar desmontar una historia con muy poca credibilidad, utilizaron el Plan B: la entrevista en un periódico local concedida antes de entrar en el programa, pero publicada después. A pesar de lo que puede parecer para el público no iniciado, la entrevista no es una prueba concluyente, ya que en todo momento se pregunta al concursante en calidad de candidato a entrar, y no como habitante de la casa. Tan solo en el último párrafo de la entrevista se da por hecho que Dani entra, pero no hay confirmación por parte del DJ en ningún momento.

Viendo como todas las pruebas que pesaban contra Dani se venían abajo, el programa no tuvo más remedio que recurrir al Plan C: que el público expulse a Dani el próximo lunes (la intención es poder demostrar, en caso de que fuera necesario, que el contrato con el DJ se rompió de la forma estipulada, es decir, con la expulsión de la casa, pues una ruptura unilateral, por cualquiera de las partes, conlleva indemnizaciones).

El problema está en que, como todo apunta, el Plan C tampoco funcione, y el público expulse con un altísimo porcentaje, a Iván, máxime cuando las carpeteras de Susana-Dani disculpan la actitud del DJ, y rechazan la posible relación de Susana y Edo (esa, y no otra, es la verdadera razón de la entrada del italiano, ser el recambio de Dani en la relación con la murciana). Ni que decir tiene que si el comando carpetera decide que Dani se quede el programa no va a tener más remedio que comérselo con patatas, aguantando las críticas y defecciones que eso provoque en una audiencia hastiada; o bien, expulsarlo de forma disciplinaria, rompiendo el contrato, y pagándole la indemnización correspondiente (no sé por qué me da que Gran Hermano no va a volver a cometer el error de meter otro concursante relacionado con el mundo de los medios de comunicación. El caso Elba debería haberles servido de escarmiento).

Pero no solo de DJs vive Guadalix. El debate mostró, recortado, un episodio vivido la noche anterior, que yo, gustosamente, os relataré completo, porque, además, es la continuación de una de las tramas de ayer. Recordemos que habíamos dejado a Iván despotricando de Argi porque ésta se había rebelado contra el humorista en la prueba semanal. El de Alicante fue por toda la casa atacando a la vasca, convertida en su punching ball de esta semana.

Argi, harta de aguantarlo, se refugió, ya por la noche, en los brazos de Igor, que, para alejarse de Iván, le ofreció dormir con él. Al enterarse (por supuesto, a través de Noe) Miriam montó en cólera, destripando a Argi, y preguntándose que buscaba la vasca. Igor, al ver lo que estaba pasando, ofreció su cama a las dos chicas, ante lo que la titánica se negó.

Pasados unos minutos, fue Argi la que optó por salir de en medio de ese triángulo totalmente fortuito, dejando la cama a Miriam, y yéndose a despotricar con Noe. Miriam e Igor compartieron cama, y, a juzgar por las imágenes, algo más, durante una noche especial. Argi, por cierto, terminó la noche durmiendo con Noe.

Estas imágenes fueron las que le pusieron en directo al prometido de Miriam, que aguantó estoicamente afirmando que confía por completo en la chica. Sin embargo el mejor momento lo dejó Leticia, sentenciando “y luego soy yo la zorrasca”.

El tercer leit motiv de la noche fue la relación Sonia- Kristian, de la que ya he hablado largo y tendido. El nuevo giro de tuerca lo dio un regalo inesperado para todos los concursantes en forma de mensaje del exterior. Con motivo del 15 de marzo, Gran Hermano quiso recordar una de las supersticiones más importantes de la antigua Roma, los llamados idus, días de buena estrella que se celebraban los 15 de los meses de marzo, julio y octubre, y los trece del resto de meses, y lo hizo, como no, con una fiesta.

Los idus de marzo, a diferencia de lo que le ocurrió a Julio César, les trajeron buenas noticias del exterior, en forma de pergamino con un mensaje escrito, y un vaticinio al más puro estilo Sibila. El de Dani, robado a Cicerón no pudo ser más claro: “Todas las cosas fingidas caen como hojas marchitas porque ninguna simulación puede durar largo tiempo”, un mensaje que el DJ, a juzgar por su cara, captó de inmediato, aunque no cayó en la trampa del programa.

Pero el juego de los vaticinios dejó otros grandes momentos: Kristian, convertido en el Súper (el original, Floren, se convirtió en presentador por una noche haciendo la conexión durante el previo al debate), preguntaba a Sonia si ese mensaje era lo que más deseaba, ante lo que la canaria actuó como siempre: silencio, indefinición y duda.

El otro mensaje interesante (del resto simplemente pasaron), fue el de Iván, que recibió noticias de su Meri, permitiéndole improvisar (o no tanto) un speech que recordaba demasiado a los monólogos de Jorge Berrocal en el confesionario (espero que cuando salga Iván el próximo lunes no grite: “¿Quien me pone la pierna encima para que no levante cabeza?”, aunque conociéndole, no me extrañaría).

Termino con el debate contándoos los porcentajes oficiales de cara a la expulsión: el primero (posiblemente Iván), lleva un 82,9% de los votos; el segundo, todo apunta a que Miriam, un 9,2%; el tercero, tal vez Dani, un 5,1%; el cuarto, Susana, un 1,9%; y la menos votada sería Argi, con un 0,8%.

Y ahora sí, conectamos con la casa. Dentro paz, pruebas, y conversaciones de hondo calado, vamos, más de lo mismo. Comenzamos con la trama de los gemelos, que cada vez se tambalea más. Ayer decíamos que Igor había prometido a Argi que no lo contaría en el confesionario, para, acto seguido, contárselo a Noe, Dani y Miriam. El DJ, anoche, y con unas cuantas copas de más, se acercaba al Montoya y le decía: “se que tienes un gemelo, pero no voy a contarlo en el confesionario”, ante lo que el chico le respondió: “si lo cuentas, estamos nominados el lunes”. La noche es larga, y el alcohol abundante, así que me temo que este secreto también será desvelado.

Y el alcohol también hizo estragos en Igor, que preguntó “¿Habemus Papam?” dejando anonadados a sus compañeros. No es que Igor sea tan estratega que haya calculado los tiempos entre la dimisión, la salida efectiva y la celebración del cónclave (que podría haber sido posible), sino que la explicación es mucho más mundana. El chico, como contaba ayer, tuvo que salir de la casa para ir al dentista, y parecer ser que le llegó cierta información de actualidad. Igor comprobó como Madrid estaba pendiente de una chimenea, pero no llegó a conocer el nombre del nuevo Pontífice. La salida de Igor ha tenido más consecuencias en su comportamiento. Esa misma noche repetía con insistencia: “en otras ediciones había un juego de descubrir gemelos, o parejas, o relaciones entre concursantes, pero este año hay muchos”. Lo que parece un comentario inocente no lo es en absoluto. El vasco ha salido a la calle y supongo, ya conoce la repercusión, casi nula, que está teniendo esta edición, por lo que ha decidido cambiar el chip. También esa misma noche se producía el encuentro con Miriam, quizás para provocar que haya algo de movimiento en la casa.

Pero Igor no es el único que está recibiendo mucha información de fuera. Justo un día después de que los Montoya confesasen a Kristian que él y Raki son sus favoritos, hablaban al madrileño de los más odiados: Dani, Iván y Juan Carlos, ante lo que el Pelocho se quedó sorprendido, sobre todo, por el otro madrileño. Aunque no lo hemos visto, todo apunta a que los sevillanos también han contado a Kristian que Noe es peligrosa, por lo que cuando vuelva el Pelocho lo va a hacer con información privilegiada, y con un puesto casi seguro en la final, que, si nadie lo remedia, llegará mucho antes de lo que esperan.