La cadena estrenará CSI el lunes, dejando sin días a Gran Hermano

Hoy sinceramente, no tengo ni idea de por donde empezar, si por el hundimiento de la gala del lunes, la reestructuración de la parrilla de Telecinco, con el programa como víctima, o la más que desafortunada broma de Argi sobre ETA, porque cualquiera de los tres temas daría de sobra como para rellenar el post. Vamos a empezar por el final, porque es el tema del que todo el mundo está hablando, y no precisamente para bien.

Anoche, y justo antes de la fiesta, los concursantes hicieron una manifestación/escrache para pedir al Super algunas cosas (no es que de golpe hayan recuperado la sangre, sino que formaba parte de la prueba semanal, de la que os hablo en un rato). Justo antes de tomar Guadalix, Susana, Argi, Sonia y Álvaro (que está en todas las salsas), hablaban de a qué manifestaciones habían ido. Después de que Sonia confesase no haber participado en la Huelga General (ella es autónoma), Argi se descolgaba con un comentario muy desafortunado: “Yo solo he ido a la manifestación para que vuelva ETA”, un comentario que incendiaba Twitter.

La concursante vasca se dio cuenta enseguida de la barbaridad que acababa de soltar, y explicó que era una broma, además de un comentario totalmente inapropiado en televisión, pero la mecha ya estaba prendida: rápidamente Twitter comenzó a pedir la expulsión disciplinaria de la concursante, si bien, no llegó a convertirse en Trending Topic como los gemelos. El mayor combate se produjo en la cuenta del hermano de Sonia, en que una víctima del terrorismo recordaba al programa que ese comentario, emitido en televisión, podría ser constitutivo del delito de enaltecimiento del terrorismo. La tormenta no había hecho más que empezar, y la AVT recibía varias menciones en Twitter para que se pronunciase sobre lo ocurrido, una valoración que se producirá, probablemente, en las próximas horas.

Siento mucho tener que decir esto, porque probablemente Argi sea, hoy por hoy (de Álvaro no opino porque acaba de entrar), el único concursante que merece ganar el programa, pero lo cierto es que el programa debería hacer caso a la petición y expulsar a la concursante, incluso aunque se haya desdicho minutos después. No puede utilizarse una banda que ha causado casi mil muertos para hacer bromas en un medio de comunicación, simplemente, por respeto a las víctimas. Insisto, la situación es muy delicada, pero Gran Hermano no puede mirar, otra vez, para otro lado.

El caso Argi me recuerda a otros comentarios desafortunados, como el de Carolina Sobe al desearle un cáncer a Arturo; o el de Amor, mofándose de Andallá (por no hablar de la infinidad de comentarios vertidos en esta edición por gente como Igor, Iván o los Gemelos), y como éstos, no puede quedar sin castigo. Argi ha tirado por la borda el maletín de la forma más estúpida que imaginarse pueda, pero lo ha hecho a conciencia, y debe ser expulsada por ello.

El problema está en que el caso Argi estallaba justo en el peor día que podía ocurrir. Gran Hermano, como todo apuntaba viendo los resultados de share social, se desplomó en audiencia, perdiendo en horario coincidente con Splash. Menos de un 17% de los espectadores eligió la telerrealidad frente a algo más de un 14% para el programa de saltos (el porcentaje de Gran Hermano se explica porque el programa terminó una hora después que Splash, ya que el número de espectadores habla por sí mismo: 2.300.000 para GH, y más de dos millones y medio para Splash). La situación es especialmente grave, porque Gran Hermano pierde el colchón de los 2.500.000 de fans, es decir, incluso si no tuviese ningún espectador ocasional, habría perdido doscientos mil personas que han visto todas las galas, y eso a pesar del anuncio de la repesca. La Casa en Directo tampoco interesa, y supera por poco el 20%, perdiendo cinco puntos en una semana.

Con semejantes datos, todo apunta a que Telecinco ha perdido la paciencia (os explico exactamente como está la situación ahora mismo): la cadena ha anunciado la emisión de CSI el próximo lunes, dejando sin sitio en la parrilla a Gran Hermano. Es decir, a día de hoy, Gran Hermano no tiene hueco en Telecinco, quedando solo el hueco del debate (y, de momento, solo está garantizado el de este jueves). Ya he contado muchos días que la edición ha estado siempre en la cuerda floja, las audiencias, los escándalos, y la escasísima retroalimentación no han gustado nada a la cadena, y mucho menos cuando, en directo, la presentadora del programa se atreve a descalificar, aunque con buenas palabras, un montaje al que la cadena pensaba seguir sacando rentabilidad.

La gota que colmó el vaso, sin embargo, fue el anuncio de que Gran Hermano volvía al jueves, cuando no estaba cerrado con Telecinco (parece que la productora ha olvidado que la cadena rompió hace dos semanas un contrato con otra productora precisamente por hacer eso, una táctica de presión, muy habitual en el sector, contra la que Telecinco ha decidido plantarse, y tomar medidas para que ninguna productora vuelva a hacerlo).

Así las cosas, el programa solo tiene garantizado el programa del próximo jueves, en el que, espero, se anuncie algo sobre la continuidad de las galas (intuyo que si la audiencia del Debate es relativamente buena, las galas irán los jueves y el Debate los martes, después de Alba), pero con un importante problema: ni siquiera tendrá toda la noche, pues, cuando termine Mota, está prevista la emisión de, al menos, cuatro programas especiales recopilatorios. A Gran Hermano no le quedará más remedio, si quiere seguir en emisión, que ir en sandwich con un producto totalmente distinto, y todo por no hacer caso de los mensajes que estaban llegando desde la cadena advirtiendo de que no querían el programa. La productora se empeñó en seguir adelante, y hoy, más que nunca, la cancelación puede estar a la vuelta de la esquina.

Para intentar evitarlo, espero que preparen un Debate muy potente en el que se hable de lo ocurrido con Argi, y se produzca su expulsión, se produzca la repesca, se realice una nueva expulsión, y comience la recta final, pues, si no cambian las cosas (en televisión es imposible saber que va a pasar dentro de tres días con absoluta seguridad) estaríamos a unas seis galas de la final, siempre que no haya cancelación.

Así las cosas, en la casa siguen a lo suyo, totalmente ajenos a lo que sucede en el exterior. El lunes comenzaba con mucho hambre, tanto es así, que el Super se apiadó de sus “rehenes”, y les dio comida en tres ocasiones: por la mañana, una cesta llena de fruta y harina para hacer pan, a mediodía el menú del equipo del programa (que, por cierto, generó polémica), y por la noche, pollos asados. La comida llegaba después de un rapapolvo del Super, que les recordó que su única obligación es hacer todo lo posible por superar las pruebas. Sonia, sin embargo, daba con la clave en la madrugada: “Nos es más rentable no superar las pruebas, porque nos meten más comida”.

Decía que la comida generó polémica, pues, como en todo menú que se precie, el postre era a elegir, y sólo había tres copas de chocolate que sortearon. Gonzalo ofreció su copa a Susana, por lo que la chica entregó la que le había tocado a ella a Iván, pero cuando fue a reclamar su copa, se encontró con que Gonzalo ya se la había comido. El gesto, muy feo, molestó a la de Murcia (cosa completamente comprensible), a la que el Gemelo, encima, echó en cara que no se lo tomara bien.

No es la única tensión vivida en los dos últimos días. Ayer Argi comenzaba la mañana con un pequeño encontronazo con Raki por culpa de las tareas de la casa. Raki, moderadora, recriminó a Argi que fuera una de las últimas en levantarse, a lo que Argi fingió molestarse dando una mala contestación a la catalana. Raki, que acaba de tomar el bastón de mando, pensó que se había pasado y se sintió mal, hasta que la vasca le explicó que era una broma.

Más cosas: las wallistas visitaban la casa, vía megáfono, y lo hacían para advertir a Saray que se alejase del Pelocho. Sonia lo escuchaba, pero no daba crédito, mientras que la madrileña decía que no hay razón para pensar que le pueda gustar Kristian.

Por otra parte, la entrada de Álvaro parece haber relajado aún más lo de no recibir mensajes del exterior. Al recién llegado se le escapaba lo de la repesca, y comentaba con sus nuevos compañeros lo ocurrido con Dani, informaciones importantes que ya tienen también los veteranos. Tal vez sean estas pequeñas confidencias las que han dado a Álvaro un papel muy importante dentro de esa casa y que puede ser crucial de cara a las nominaciones: el de confesor. El chico es muy diferente al resto de sus compañeros (es el más mayor, el más vivido y el que mejor se expresa), por lo que, sobre todo las chicas, no han dudado en elegirlo para confesarse. Álvaro no lo hace mal en el papel de entrevistador, y sacaba todo el jugo a Desi, Susana y Sonia a lo largo de una jornada muy fructífera en conversaciones.

La noche, sin embargo, servía para cortar trajes. Desi contra Iván, y casi toda la casa contra Igor fueron su tema favorito de conversación en la primera noche del pollito volador. Siguiendo con Álvaro, el concursante entraba con los acordes de Superman, y eso fue la pista para descubrir en qué iba a consistir la prueba semanal. Esta vez les toca vestirse de superhéroes y villanos, y practicar superpoderes como la telequinesia o la escalada de paredes. Durante toda la semana se enfrentarán,y el grupo que gane tendrá un privilegio en las nominaciones (no se por qué me da que ganarán los héroes, grupo formado por Kristian, Nacho, Iván, Yessi, Raki y Argi).