El PSOE sobrevive comiéndose a buena parte de sus socios de Gobierno

Si la campaña electoral de este 23-J había comenzado con reminiscencias de 1993, tras un "cara a cara" de Feijóo casi clavado al de Aznar; y el hundimiento en directo de un Presidente del Gobierno, ha terminado como la de 1996, con una "amarga victoria" de las derechas y una "dulce derrota" de las izquierdas.

Y es que PP y VOX ganan las elecciones pero no suman los 176 escaños necesarios para garantizarse la Presidencia del Gobierno. En concreto los partidos de derechas alcanzan 169 escaños, quedándose a siete de los 176 de la mayoría absoluta. En el otro lado la cosa no es mucho mejor, pues las izquierdas suman 167 escaños a nueve de la cifra mágica que garantiza la estabilidad.

Con estos datos habrá que recurrir a pactos con los nacionalistas, y no parece que lo vayan a poner fácil para evitar una repetición de elecciones. Y es que el PSOE aguantó mucho mejor de lo que vaticinaban las encuestas, consiguiendo 122 diputados; mientras que el PP no estaba a la altura de los sondeos, quedándose en 136 escaños.

Sin embargo, la clave está en el comportamiento de VOX. La llamada de los populares al voto útil hace que el partido de Abascal caiga un 3% en su intención de voto con respecto a las elecciones de 2019, algo que se traduce en bajar del 15%, lo que activa lo que en demoscopia se llama la "trituradora de escaños" de la Ley D´Hont. Los de Abascal, que sólo pierden seiscientos mil votos, se dejan diecinueve escaños con respecto a 2019, y suman 33 asientos.

En las izquierdas el PSOE fagocita a casi todos sus compañeros de viaje de la legislatura, lo que hace bajar seis escaños a ERC y siete a un Sumar que, a pesar de ello, aguanta la cuarta posición en las elecciones con 31 escaños. No obstante, el peor parado es la CUP, que se queda sin representación al perder sus dos escaños.

A pesar de triturar electoralmente a sus compañeros de viaje, el PSOE sólo gana dos escaños con respecto a 2019, lo que hace que la mayoría de izquierdas de los últimos cuatro años también se tambalee de forma importante. Y es que si hasta ahora Junts no era indispensable para alcanzar mayorías, estas elecciones les dan el papel fundamental para la gobernabilidad del país.

Los de Puigdemont consiguen siete escaños, uno menos que en las pasadas elecciones, pero el número suficiente para decantar la balanza entre los dos bloques, o, como ya anunciaban en la comparecencia de la noche electoral, bloquear ambas opciones y forzar una repetición electoral. Y cuidado, porque si hay repetición de elecciones, el calendario es todavía más endiablado que el de este 23-J. Así, y si se cumplen todos los plazos, los nuevos comicios coincidirían con las fechas navideñas, siendo incluso posible que se convocasen en pleno 24 de diciembre.

En términos generales, lo que deja estas elecciones de 2023 es una ampliación del bipartidismo, que no llega a los números de los tiempos pre 15-M, pero si ensancha de forma importante el campo electoral de PP y PSOE. A pesar de eso, VOX y Sumar aguantan muy bien con resultados casi calcados, mientras que la corte de partidos regionalistas que han sido protagonistas de esta legislatura desaparecen del Congreso,

Y si en la Cámara Baja todo está abierto, en la Alta la situación está mucho más definida. El Partido Popular ganaba de forma contundente las elecciones al Senado con 120 senadores, entre ellos, el torrejonero Pedro Rollán; mientras que el PSOE se hacía con 72. Así los populares ganan 37 senadores mientras que los socialistas se dejan 21. Izquierdas por la Independencia será el tercer grupo en el Senado con siete senadores; mientras que el PNV consigue cuatro y Junts, uno.