Este 2018 se cumplían 250 años del primer Entierro de la Sardina en la capital

Ha llegado el momento de decir adiós al carnaval de 2018. Este 14 de febrero, fue Miércoles de Ceniza y como todos los años los miembros de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina de Madrid ponen el punto final. Esta mañana la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha recibido a los alegres cofrades en el Patio de Cristales, en el número de 5 de la plaza de la Villa.

Dos novedades han presidido este año la bienvenida que les ha brindado la alcaldesa. La primera, la sardina de plata conmemorativa del 250 aniversario del entierro de este humilde pescado entregada a la alcaldesa de mano de la Alegre Cofradía. Tras su agradecimiento, Manuela Carmena ha subrayado la importancia de las tradiciones porque se trata de “una iniciativa del pueblo, de la calle, de su sociedad civil. Es la suma de la voluntad de los vecinos”. Por eso, ha añadido, “desde el Ayuntamiento de Madrid no hacemos más que acogeros, deciros que adelante con esta tradición”. “Una tradición –apuntó- necesaria, porque nos identifica, nos llena de conocimiento, sensaciones y emociones”. Y es que para la alcaldesa “el Carnaval es una fiesta que nos permite disfrazarnos y, por tanto, ponernos en la piel  y los zapatos de otros”. Con esta ceremonia  festiva es factible sentir “empatía y simpatía por los demás”.

La segunda, ha sido la ‘entrada triunfal’ a la ceremonia de despedida a Don Carnal de una enorme sardina de chocolate de dos metros para la que se han necesitado cien kilos de este rico producto. La han elaborado reposteros y pasteleros de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid (ACYRE), y de la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de Pastelería de Madrid (ASEMPAS). El objetivo es que este dulce se consolide como el postre oficial del carnaval de Madrid.

Este ha sido el primer año que el carnaval ha contado con un postre oficial, la sardina de chocolate. Su diseño fue realizado por David Cristóbal Cercadillo,  ganador del concurso convocado por el Ayuntamiento en la pasada edición. La iniciativa de crear un postre que la ciudadanía identificara como el propio de estas fechas partió de la alcaldesa, quien vio en esta iniciativa una manera de consolidar una tradición repostera y de apoyar el comercio local. Y además, comentó Carmena, permite incorporar “una nota dulce” al trasiego de carnavalear.

Para su elaboración se han necesitado varios días y 100 kilos de chocolate con los que rellenar los dos metros de sardina. Al frente de este cometido, Samuel Serrano, jefe de pastelería de El Obrador de Oriol Balaguer, y actual campeón de repostería de Madrid, junto a otros cuatro maestros pasteleros.

Los especialistas en tabletas y coberturas de chocolate en Madrid, La Colonial de Eureka, cedieron los 100 kilos de chocolate negro con un 52 por ciento de cacao. Se ha preparado en el obrador de Calamillor. Lo más delicado ha sido el transporte de la sardina, por el tamaño y las condiciones de temperatura y humedad que requería antes de su degustación.

Además,  este Miércoles de Ceniza, se han repartido medio millar sardinas de chocolate en el punto de información turística de la Plaza Mayor (Casa de la Panadería).

A cargo de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina queda la tarea de guardar los disfraces en el baúl, callar las fanfarrias y enterrar a este pescado con todos los honores.

Por la tarde, de 18 a 20.30 horas, los miembros de la cofradía salieron desde la Ermita de San Antonio de la Florida (paseo de la Florida), lugar en el que tradicionalmente rinden homenaje al pintor Francisco de Goya, primer cofrade honorífico. Goya reflejó en su cuadro El entierro de la Sardina el desenfado y la alegría del pueblo de Madrid. Prosiguió la Alegre Cofradía hasta la Fuente de los Pajaritos, en la Casa de Campo, donde enterraron a tan humilde pez. Durante el recorrido fueron acompañados de gigantes y cabezudos.