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13
Nov
2018
La Feria del Disparate PDF Imprimir E-mail
Punto D Vista - Otra mirada
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Foto cedida por Ayuntamiento de ArgandaJesús Hernández Gallardo

Estos tiempos que nos está tocando vivir, pisoteando la tierra firme, amaneciendo en nuestro país España, están siendo de lo más surrealista que me pueda imaginar. Será que uno se acomoda a lo que considera correcto de tiempo atrás, lo que ha ido escogiendo de la vida pasada y vivida con cierto interés político.

Pero uno se va desconcertando con los cambios tan bruscos y en tan poco tiempo; será que el mundo ha realizado un arranque de ritmo súbito y todo se ha ido desternillando y saliéndose de sus respectivas órbitas de manera alarmante.

Me sorprenden los partidos políticos, los votantes que enarbolan las tendencias en tiempo de elecciones, las opiniones de esas personas, la Justicia y los gobernantes. Si uno mira los periódicos en determinados días, donde la luna se cruza con la arista de algún planeta, parece que todo está al revés, que la sociedad se ha vuelto loca, que no se sabe bien cuál es el principio y dónde está el final. Los días se confunden con las noches, los árboles con los bancos al caminar, los tranvías con las bicicletas en la calle y el pescado con la carne a la hora de comer. Todo está irreconocible.

Los partidos de derechas abogan por enrocarse, por negarse a dar explicaciones, por sumirse en la más cutre tristeza interna, casi depresión, pareciendo que guardan recelosos sus tesoros en una intimidad sospechosa y dilatada en el tiempo. Los partidos de izquierdas echan pestes de todo lo que no sean ellos mismos, de todo lo que no huela al aroma de coleta y sudor de camisa a cuadros. Han aparecido personajes en la política que parecen haber escapado de novelas negras de agresiva trama o incluso del propio manicomio directamente.

Hay momentos en que parece que todo está invertido, que el escenario es de sainete al más puro estilo quinteriano y afloran los comentarios que, analizados desde otro planeta paralelo, te puedes partir de la risa cuatro años bisiestos seguidos. Hay políticos que abogan por la igualdad, por la solidaridad entre los más humildes y se compran viviendas de ricachones en zonas de nobleza, eso sí, con el beneplácito de toda su tropa votando por Internet. Los catalanes más extremos se quieren pirar de nuestra España y parece que todas las fuerzas y poderes se ponen de acuerdo para que eso se convierta en una Torre de Babel, donde la Guardia Civil es la culpable del referéndum, Puigdemont es un fetiche con sello secesionista, los políticos que más han arremetido en favor de la independencia se convierten en simples soldados catalanes con barretina y una flor en la espalda, con el reconocimiento y casi beatificación del clero catalanista. Las gentes catalanas se plantean si Cristobal Colón no será por casualidad un gondolero del Delta del Ebro o Laica, la perrita astronauta, no será de una camada canina de las montañas pirenaicas de Girona.

Para colmo le ganan la gobernanza al PP en una tómbola de feria un tal Pedro Sánchez y, en un suspiro socialdemócrata de los de ahora, se convierte en el Ciudadano Kane más cotizado por las encuestas de los apostantes anónimos. Se echan al ruedo sus ochenta y cinco subalternos a pecho descubierto y se ponen a torear dando pases de pecho hasta a la misma bandera española. Es la feria del decretazo y, cuando se torna difícil el morlaco, sueltan la magia del decreto y se endereza todo el recorrido futuro.

El Tribunal Supremo sufre un ataque de cuernos, se siente irrelevante en la feria y, espoleado por la jarana del momento, se apresura a tomar decisiones de amplio calado, dejando húmedo al personal en dos sesiones de embarazo mental: Dicen que los intereses derivados de las hipotecas las tienen que pagar los banqueros…seguidamente, entran en trance jurídico y se reúnen para rectifican en lo contrario a tiempo record. Al final la feria se viene arriba a ritmo de pasodoble, bailando todos con la toga y levantando al público de sus asientos con pañolada incluida. El presidente sale de espontáneo al ruedo y promete que lo arregla con un decreto en dos días. Comienzan las ovaciones a rabiar, le dan las dos orejas y el rabo, camino de la puerta grande que le conduce a nuevas elecciones.

Más de uno, tras semejante esperpento, al levantarse de la cama y poner la radio, piensa que está siendo víctima de un mal sueño y que andará de vacaciones por algún país de corte bolivariano. También cabe la posibilidad que haya aprobado el bachillerato con alguna asignatura pendiente y ante un poco alejado del mundanal ruido.

¡Señoras y señores quien me compra un boleto para la rifa, hagan cola que los doy bien baratos, esta es la feria del disparate!

Jesús Hernández Gallardo

Funcionario del Estado

Torrejón de Ardoz

 

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