Por la mañana, el Obispo Prieto acudió a la Misa Solemne en la que también se estrenó el nuevo órgano de la San Juan Evangelista

Además de eventos festivos y militares, las Fiestas Patronales de Torrejón tienen un importante componente religioso que quedó de manifiesto en la jornada del domingo. Por la mañana, el obispo de Alcalá escogía la Misa Solemne en honor a la Patrona para su primera visita oficial a la localidad; y por la tarde los Caballeros y Damas de la Hermandad ofrecían una nueva procesión agónica que, en esta ocasión, a diferencia de lo que ocurrió el año pasado, terminó a los pies del Altar mayor.

Así, y por la mañana, los miembros de la Hermandad acudieron en perfecta formación al Homenaje a la Bandera, y lo hicieron acompañados por la Banda de Música, que también desfiló por la Avenida de la Constitución. Un homenaje que no se quiso perder el obispo Complutense, Antonio Prieto, situado en la tribuna de invitados.

Tras el homenaje, y también en formación, la Hermandad del Rosario se dirigía hasta la Plaza para vivir la Misa Mayor en honor a la Patrona de Torrejón. Pero antes de entrar se produciría el primer momento importante, ya que a la llegada a la San Juan Evangelista, Prieto bendijo el templo y a los feligreses antes de entrar en el mismo.

Precisamente esa entrada vivió otro de los momentos importantes de la mañana, pues el coro estrenaba el recién llegado órgano de la parroquia, una auténtica joya de los años setenta cedido por la iglesia de San Felipe Neri de Valladolid que se utilizará en las Misas Solemnes que se celebren en la iglesia torrejonera. Tras llegar al Altar, el Obispo se presentaba ante los vecinos, y lo hacía en una iglesia completamente abarrotada en la que hasta se pusieron sillas para aumentar el aforo, y que vivió una misa en la que la música fue protagonista durante casi hora y media.

Y por la tarde, el fin de fiesta. Los Caballeros y Damas de la Hermandad del Rosario llegaban hasta la iglesia de la Plaza a eso de las siete de la tarde para sacar a su Patrona en el inicio de la procesión, y lo hicieron para vivir la tradicional subasta de cintas y rosario, una subasta en la que subió de forma importante la recaudación en comparación con los últimos años. Así, por ejemplo, el Rosario de la Virgen alcanzó un precio de dos mil quinientos euros en una subasta marcada por el calor.

Y es que el Sol fue protagonista de la primera parte del viaje de la Virgen del Rosario por las calles de la zona centro, lo que provocó un paso lento y solemne de toda la comitiva en el que los torrejoneros estuvieron acompañados por la Banda de Música de "Jesús el pobre" de Madrid. En una salida multitudinaria, la Virgen cruzó la Plaza antes de entrar en la calle de Los Curas, donde el calor comenzó a hacer estragos. Paradas cada vez más largas y chicotás más cortas provocaron un primer cambio importante en el diseño de la procesión, pues el pueblo cogió las andas para acompañar a su patrona en su viaje de cierre de las Fiestas. Así pudo verse llevando sobre sus hombros a miembros de otras Hermandades, incluyendo sus Presidentes, y hasta concejales del Gobierno.

Pero la procesión estaba lejos de acabar, o al menos, eso es lo que decía el diseño de la misma, ya que al ver cómo se estaba alargando en exceso, los organizadores decidieron recortarla, renunciando al último tramo para entrar en la iglesia por la misma calle Los Curas tras haber recorrido Cruz y Libertad.

Así, algo después de las diez de la noche, la Patrona hacía acto de presencia en la Plaza, situándose junto a la fachada de la San Juan Evangelista, que vivió una cascada pirotécnica distinta a lo habitual, pues el cambio en la estructura de la procesión obligó a cambiar también el sentido de los fuegos, que comenzaron en el centro de la Plaza para terminar en Pesquera. Tras este primer arrebato pirotécnico, la Virgen entraba en la calle Hospital, donde vivía una nueva parada para observar los fuegos artificiales lanzados en su honor desde la fachada del Ayuntamiento, vestida con los colores de España para la ocasión.

Y tras los fuegos tocaba volver a la San Juan Evangelista. Los Caballeros y Damas iniciaban un último viaje entre los acordes del himno de España, que, parecía, iba a terminar como el del año anterior, es decir, con la Patrona ocupando el crucero central de la iglesia. Pero con las últimas fuerzas que les quedaban tras una larga procesión de más de tres horas, los miembros de la Hermandad consiguieron trasladar a la Virgen hasta los pies del Altar donde recibieron el fortísimo aplauso de una iglesia completamente abarrotada a pesar de las horas. Allí y tras una emocionada despedida de un Fernando Alonso que dejará de ser Presidente en pocas semanas, todos juntos cantaron el Himno a la Virgen para despedir la procesión y las Fiestas Patronales de 2023.