El próximo martes terminará la guerra entre las carpeteras

Queríamos una final interesante, y lo hemos conseguido. En este momento cualquiera de los cuatro finalistas podría alzarse con el triunfo final. La clave la tienen, como siempre, las carpeteras: el primer comando que consiga ponerse de acuerdo sobre quién es su ganador será el que se lleve el gato al agua el próximo martes, pero eso dependerá de muchos factores. Dentro de un rato termino de comentar la gala, pero de momento dejadme que analice los distintos escenarios que se pueden producir desde aquí y hasta el martes.

Puede suceder que las carpeteras wallistas decidan apoyar a Desi como ganadora, y que las susargistas dividan votos entre Igor y Susana, lo que daría la victoria a la sevillana; pero también podría suceder que las carpeteras optasen por perdonar la traición de Raki al Pelochismo y la hagan ganadora, con una división de voto susargista. En el otro lado, puede ocurrir que las Susargistas opten por hacer ganadora a Susana o Igor, relegando al otro susargista a un porcentaje residual, y demostrando su superioridad numérica sobre las Wallistas. Además, podría darse un quinto escenario, de total incertidumbre: susanistas y argiristas deciden ir por separado y votar a sus favoritos, mientras que las Wallistas apoyan a Raki y Desi. Ante una situación de ruptura total de los grupos el resultado puede ser cualquiera, siendo decisivo lo que ocurra en la casa en las próximas horas.

De momento Desi, viendo que el Susargismo ya tiene representantes, buscaba el apoyo del Pelochismo acercándose a Raki, lo que aumentó la movilización carpetera en favor de la de Sevilla. Y es que el apoyo carpetero más el del público en general, puede ser la clave para que Desi salga de la casa con algo menos de 300.000 euros (por suerte anoche el programa demostró que ya no se mueve por criterios estrictos de rentabilidad, pero si así fuera, el concursante más rentable sería, sin duda, Desi. Tanto Susana como Raki han estado todo el concurso, mientras que Igor lucharía por el total menos las tres semanas que pasó fuera de la casa. En el caso de Desi, al haber entrado un mes después del comienzo, lucharía por tres cuartas partes del premio final). En cualquier caso, todo está abierto, si bien Susana lleva una cierta ventaja, y no hay nada decidido por el momento.

Y ahora si: vamos con la Gala. Además de las expulsiones, esta semifinal nos dejó a una Mercedes Milá en su salsa, que no dudó en llamar “reventados” a algunos concursantes, levantarlos del sofá para desparramarlos por las escaleras, y dar caña a Rajoy y Obama a partes iguales (¿dónde ha estado esta Mercedes durante toda la edición?). No obstante, el momento álgido de la presentadora llegaba cuando aludía, sin mencionarlo, a la entrevista de Miriam en Interviu. Con una elegancia exquisita, la presentadora simplemente recordó a Dobromira, dando a entender la pena que supone para el juego habernos perdido a una chica sin doblez, como era Dobromira, en lugar de a la superviviente del Costa Concordia. Dobromira fue el primer gran revulsivo de la edición, pero el programa no supo, ni quiso, sacarle el jugo que podía dar. Sin embargo, la chica sigue existiendo, y no tardaba demasiado tiempo en tuitear un agradecimiento a la presentadora.

Dobro tenía un perfil muy similar a Tatiana, concursante de Gran Hermano 11 elegida hace unos días como la mejor concursante de la historia del reallity por el principal foro español dedicado a la televisión, vertelevisivos, como se encargó de anunciarle la Milá en directo. Tatiana, demostrando lo enorme que es, aprovechó su momento para arremeter contra las Noemistas, que criticaban a la búlgara por ocupar un sitio en la grada Vip que, según ellas, correspondía a la canaria.

Volviendo a Miriam, las declaraciones a la revista, sumadas al espectáculo/ montaje que pretende vender con los gemelos, son motivo más que suficiente para que la presentadora entendiese que la concursante de Alicante no vendió autenticidad dentro de la casa (lo que sí vendió, y mucho, es morbo y espectáculo televisivo, no en vano su Gala de expulsión es la más vista de la edición).

La Milá también atacó el striptease de Juan Carlos a Desi (el concursante reconoció haberlo hecho sólo porque estaban en televisión), y, al más puro estilo Jorge Javier Vázquez, firmó ejemplares de su libro en las publicidades, además de hacer mención a su ex programa Diario de...

La Gala además dejaba un elemento que puede hacer muy distinta la final a lo que acostumbramos: los concursantes dejarán el aislamiento en que han vivido durante cuatro meses (aún más), y conocerán a sus fans, que vivirán la final desde dentro de la casa de Guadalix. (Esta última decisión del programa buscará calentar a los concursantes antes de su entrevista final, ya que, no hay que olvidarlo, el próximo martes el programa se la juega con un rival de altura: el programa revelación de la temporada, MasterChef).

Y por aquello de la noche de vértigo, el programa rompía una (otra más) tradición histórica en el concurso: los cuatro habitantes que llegarán (salvo sorpresa de última hora) a la final no tienen un número para ser votados como ganadores, sino que el sistema que ha funcionado durante todo el concurso es el que se encarga de contabilizar los votos. La liturgia del teléfono se rompió, y con ella, la de la campaña (ya tuvimos bastante con la de la repesca) y los alegatos para la victoria.