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23
Sep
2012
Aguirre se va… pero no del todo PDF Imprimir E-mail
Punto D Vista - La cara oculta
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Aguirre no dimite de la Presidencia del PP madrileño. Foto cedida por CAMLa Presidenta del PP de Madrid no dejará su cargo hasta después de las elecciones vascas y gallegas

Hace una semana, una noticia sobresaltaba las redacciones de todos los medios de comunicación de España: Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad de Madrid, dejaba su puesto para pasar a la segunda línea de la política. Este anuncio, que abrió toda una serie de especulaciones de todo tipo sobre las razones de su marcha, escondía letra pequeña, precisamente esa segunda línea política.

Y es que todo apunta a que Aguirre no se va del todo, si no que sólo deja sus funciones públicas, es decir, la Presidencia de la Comunidad de Madrid y su escaño como parlamentaria de la Asamblea, pero no los cargos que ostenta dentro del Partido Popular, como la Presidencia del PP madrileño.

Si bien Aguirre dimitió por sorpresa y de forma precipitada de sus cargos electos, no parece que vaya a hacer lo mismo en sus cargos políticos, y es que, Aguirre es consciente de que el abandono de la cúpula popular conllevaría la ruptura definitiva entre el PP y el antiguo Partido Liberal, corriente interna que representa Esperanza, y que se fusionó con Alianza Popular en 1988.

Pero la explicación hay que buscarla, como casi siempre en política, en clave electoral: la salida de Aguirre ya ha tenido serias consecuencias en las encuestas internas realizadas sobre las elecciones vascas y gallegas, que amenazan con convertirse en auténtica debacle de Rajoy: el peor resultado de la historia de la democracia en Euskadi, y la pérdida de la mayoría absoluta en Galicia pondrían en un serio problema a la corriente arriolista del Presidente del Gobierno.

Aún más, si, como todo parece apuntar, los resultados de Galicia obligan a pactar con el partido de Mario Conde, sería un fuerte espaldarazo a las políticas liberales, representadas, dentro de los populares por Aguirre.

Así, no es de extrañar que Rajoy intente que Esperanza se vaya cuanto antes del PP madrileño, mientras que ella prolonga el tiempo a la espera de lo que ocurra en las elecciones, y en los primeros días de gobierno de su delfín.

Una semana después de la espantá todo apunta a que es un movimiento perfectamente controlado por una política que ya ha demostrado en muchas ocasiones que siempre se guarda ases bajo la manga. Pero además, la salida del Gobierno de Madrid tendría otro sentido: liberar tiempo y recursos de Aguirre de cara a hacer política interna, tiempo y recursos dedicados durante trece años a gestionar el futuro de seis millones de madrileños. Ahora, con tiempo y las manos libres, Aguirre puede dedicarse a preparar el relevo de un Rajoy que ya no tiene el apoyo ni de sus propias bases.

 

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