Las saetas y el cansancio de los días previos, protagonistas del Santo Entierro

Después de lo ocurrido en la tarde anterior, había expectación por saber cómo iba a terminar la Hermandad de la Vera Cruz la Semana Santa de Torrejón, y lo cierto es que consiguieron sobreponerse al cansancio para cerrar de forma impresionante un Santo Entierro multitudinario al que no faltó ni Pedro Rollán.

Así, dosificando las fuerzas desde el primer momento, los Hermanos llevaron en andas a la Virgen de la Soledad y al Cristo Yacente en un largo recorrido de casi dos horas interrumpido en varias ocasiones por el sonido de las saetas.

Paradas largas y chicotás muy cortas permitieron a los Hermanos llegar con fuerzas hasta las puertas de la Iglesia, donde hicieron una última levantá lenta para cerrar los días de pasión de la Semana Santa de Torrejón antes de fundirse en un abrazo.

Y es que tienen motivos para celebrarlo, pues hacía cinco años que no se completaba el programa de la Semana Santa. Así en 2018 el Santo Entierro tuvo que recortar su recorrido por la lluvia; y al año siguiente no salió ninguna de las procesiones, lo que hizo derramar lágrimas a los minicostaleros. Además, esta Semana Santa se completaba en el año en que su Virgen de la Soledad va a ser Coronada, en concreto, dentro de un mes.

Terminadas las procesiones, tocaba el tiempo del esparcimiento. La Hermandad de la Vera Cruz sorprendía a su nueva capataz haciéndole el pasillo a la salida de la Iglesia, justo antes de mantearla entre los aplausos de sus compañeros.

El motivo es que Irene se acaba de estrenar con los mayores después de pasar mucho tiempo siendo la capataz de los minicostaleros, y el resto de sus Hermanos no dudó en darle un recibimiento a lo grande tras terminar su primera Semana Santa.